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Otherlight
Otherlight, de Jill Mceldowney nos sumerge en el enrarecido limbo del dolor. Suspendida en el tiempo, en la acción, en el hielo, su hablante está a medio camino de salir por la puerta de este mundo; está a medio girar para seguir a la amada que se cierne, conjurada, justo en los bordes de estas páginas. La iconoclasia de Otherlight es arrebatadora y aterradora; rechaza los avances de un mundo que se niega a entender que a veces el pasado es una mina de la que nunca queremos que nos saquen. En estos poemas líricos y aniquiladores, Mceldowney nos muestra cómo una vida puede descarrilar por completo a causa de una muerte; cómo, incluso después de un pasado fulminante, elegir seguir vivo puede ser el mayor riesgo de todos.
-Claire Wahmanholm, autora de Meltwater y Wilder.
Otherlight proyecta la luz de su linterna desde la boca de un dolor cavernoso. A medida que descendemos, Jill Mceldowney nos guía por un espacio liminal que sólo la pérdida de un ser querido puede forjar, un mundo en el que el pasado y el futuro se derrumban y distorsionan continuamente, un purgatorio de preguntas, una culpa que es "-terrible sobrevivir / y sobrevivir nunca se acaba". Estos poemas son crudos como un nervio expuesto en su exploración de la adicción y precisos en su retrato de los contornos dentados de la depresión: "Finjo que estoy viviendo". Hay 'ríos que los niños vadean / y de los que no regresan como niños', noches de insomnio que se alargan hasta convertirse en días interminables. Pero esta colección es también la prueba de que hay poder en nombrar a la bestia, aunque no se la pueda domar, aunque siga enseñando los dientes".
-Ruth Awad, autora de Set to Music a Wildfire.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)