Puntuación:
Ontogenia y filogenia», de Stephen Jay Gould, es una profunda exploración de las facetas históricas y filosóficas de la teoría de que la ontogenia recapitula la filogenia. Aunque muchos lectores aprecian el perspicaz tratamiento que el libro da a la relación entre la biología del desarrollo y la evolución, y elogian su exhaustivo contexto histórico, otros lo consideran innecesariamente denso y desafiante, lo que provoca reacciones encontradas en cuanto a su accesibilidad y compromiso.
Ventajas:⬤ Conceptos científicos bien explicados
⬤ contexto histórico perspicaz
⬤ reflexiones filosóficas atractivas
⬤ publicación de gran calidad
⬤ recomendable para los interesados en la historia y la filosofía de la ciencia.
⬤ No es fácilmente accesible para un público general
⬤ denso y extenso
⬤ algunos lectores lo encuentran tedioso y excesivamente detallado
⬤ puede parecer farisaico o sentencioso
⬤ más centrado en la historia de las ideas que en ejemplos biológicos prácticos.
(basado en 16 opiniones de lectores)
Ontogeny and Phylogeny
"La ontogenia recapitula la filogenia" fue la respuesta de Haeckel -equivocada- a la pregunta más enojosa de la biología decimonónica: ¿cuál es la relación entre el desarrollo individual (ontogenia) y la evolución de especies y linajes (filogenia)? En éste, el primer gran libro sobre el tema en cincuenta años, Stephen Jay Gould documenta la historia de la idea de recapitulación desde su primera aparición entre los presocráticos hasta su caída a principios del siglo XX.
El Sr. Gould explora la recapitulación como una idea que intrigaba tanto a políticos y teólogos como a científicos. Demuestra que la hipótesis de Haeckel -que los fetos humanos con hendiduras branquiales son, literalmente, peces diminutos, réplicas exactas de sus antepasados que respiran en el agua- tuvo una influencia que se extendió más allá de la biología y llegó a la educación, la criminología, el psicoanálisis (Freud y Jung eran devotos recapitulacionistas) y el racismo. Según Gould, la teoría de la recapitulación se derrumbó no por el peso de los datos contrarios, sino porque el auge de la genética mendeliana la hizo insostenible.
Pasando a conceptos modernos, Gould demuestra que, aunque todo el tema de los paralelismos entre ontogenia y filogenia cayó en descrédito, sigue siendo uno de los grandes temas de la biología evolutiva. La heterocronía -cambios en los tiempos de desarrollo, que producen paralelismos entre ontogenia y filogenia- se muestra crucial para comprender la regulación génica, la clave de cualquier acercamiento entre la biología molecular y la evolutiva. Gould sostiene que el principal valor evolutivo de la heterocronía puede residir en las ventajas ecológicas inmediatas de una maduración lenta o rápida, y no en los cambios de forma a largo plazo, como proclamaban todas las teorías anteriores.
La neotenia -lo contrario de la recapitulación- se muestra como el determinante más importante de la evolución humana. Hemos evolucionado conservando los caracteres juveniles de nuestros antepasados y hemos logrado así tanto la flexibilidad conductual como nuestra morfología característica (cerebros grandes por la retención prolongada de tasas de crecimiento fetal rápido, por ejemplo).
Gould concluye que "puede que no haya nada nuevo bajo el sol, pero la permutación de lo viejo dentro de sistemas complejos puede hacer maravillas. Como biólogos, tratamos directamente con el tipo de complejidad material que confiere un potencial ilimitado a los cambios simples y continuos de los procesos subyacentes. Esta es la principal alegría de nuestra ciencia".
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)