Oh, alma mía: El encuentro con Dios en la oración sincera, poco convencional (y a veces desordenada)

Opiniones de los lectores

Las reseñas de «Oh, alma mía» destacan su eficacia a la hora de cambiar las perspectivas de los lectores sobre la oración, subrayando la importancia de un enfoque relacional para comunicarse con Dios. Muchos lectores aprecian el humor del autor, sus anécdotas personales y el impacto transformador que el libro tiene en sus vidas de oración. El libro se considera alentador y cercano, lo que lo convierte en uno de los favoritos de quienes buscan una conexión más profunda con su fe.

Los lectores alaban el libro por su humor, cercanía y autenticidad. A muchos les parece alentador e inspirador, con una nueva perspectiva de la oración que hace hincapié en la relación personal con Dios. El estilo de escritura se describe como fácil de leer y atractivo, lleno de anécdotas de la vida real que resuenan con los lectores. Anima a la autorreflexión y a la aplicación práctica en la vida cotidiana.

Algunos lectores consideran que el libro no debe leerse deprisa, pues contiene muchas ideas que merecen reflexión. Unos pocos mencionan el reto que supone acordarse de rezar con constancia, aludiendo a la dificultad de mantener los cambios que fomenta el libro. No hay críticas significativas, pero algunos lectores sugirieron que el material requiere tiempo para digerirlo en lugar de ser una lectura rápida.

(basado en 20 opiniones de lectores)

Título original:

Oh My Soul: Encountering God in Honest, Unconventional (and Sometimes Messy) Prayer

Contenido del libro:

Cada día. Cada minuto.

Cada situación. Él es el Dios con nosotros. Pero, oh alma mía, prepárate para que los encuentros con Él te sorprendan.

Queremos rezar, escuchar mejor a Dios y conocer Su voluntad para todos los detalles mundanos y desordenados de nuestra vida. Pero, ¿nos habla Él cuando estamos distraídos, malhumorados, abrumados y desprevenidos? ¿Cómo podemos tener un «tiempo de silencio» con Dios cuando no hay silencio ni tiempo? ¿Podemos realmente conocer la voluntad de Dios y avanzar en obediencia, a pesar de los miedos y los fracasos? Y, si somos realmente sinceros con Él, ¿nos fulminará con un rayo? ¿O acabaremos rezando con audacia y autenticidad como nunca antes?