Nosotros, los de poca fe: Por qué dejé de fingir que creía (y quizá tú también deberías)

Opiniones de los lectores

El libro de Kate Cohen, «Nosotros, los de poca fe», es una sincera exploración del ateísmo, la honestidad y las complejidades de criar a los hijos en un contexto no creyente. Utilizando anécdotas personales y humor, Cohen anima a los ateos a abrazar abiertamente su identidad y desafía las normas sociales en torno a la creencia en Dios. El libro aborda con eficacia la importancia de la honestidad en la autoidentificación y en la crianza de los hijos, al tiempo que promueve un sentido de comunidad entre los no creyentes.

Un estilo de escritura atractivo, reflexiones humorísticas y sinceras, debates perspicaces sobre la crianza de los hijos sin religión, anima a los ateos a identificarse abiertamente, ofrece un «lugar seguro» para que los lectores reflexionen sobre sus creencias, promueve la comunidad y la búsqueda de sentido fuera de las religiones tradicionales.

⬤ Algunos lectores pueden encontrar pedantes ciertos capítulos o estar en desacuerdo con puntos de vista específicos, como su capítulo sobre la oración
⬤ no apto para personas con visiones rígidas del mundo
⬤ las distracciones de las hiper-notas a pie de página
⬤ pueden provocar incomodidad en quienes están profundamente arraigados en creencias religiosas.

(basado en 59 opiniones de lectores)

Título original:

We of Little Faith: Why I Stopped Pretending to Believe (and Maybe You Should Too)

Contenido del libro:

El apasionado llamamiento de un ateo a los no creyentes para que sean sinceros consigo mismos y con sus familias sobre su falta de fe y ayuden a cambiar el debate cultural estadounidense.

Aunque un número cada vez mayor de estadounidenses no cree en Dios, muchos siguen siendo reacios a decirlo en voz alta. Kate Cohen sostiene que no sólo es gratificante para los que tienen poca fe anunciarse, sino que es crucial para el futuro de nuestro país.

A medida que detalla los retos y las alegrías de abrazar plenamente el ateísmo -especialmente como madre-, la columnista colaboradora del Washington Post Kate Cohen no tacha la religión de peligrosa o tonta. Por el contrario, investiga el atractivo de la religión para explicar cómo podemos prosperar sin ella.

Los estadounidenses que no creen en Dios se llaman a sí mismos ateos, agnósticos, humanistas, escépticos y librepensadores. A veces se les llama "nones", por la casilla que marcan en una encuesta para identificar su religión. Y a veces se llaman a sí mismos judíos, cristianos, musulmanes o budistas.

Te llames como te llames, si no crees que haya un ser sobrenatural a cargo del universo, es hora de que te unas al coro de Nosotros, los de poca fe.