Puntuación:
Las memorias de Greg Gilhooly detallan su traumática experiencia como víctima de abusos sexuales en la infancia por parte de su entrenador de hockey, Graham James. El libro explora el impacto duradero de los abusos en las víctimas y aboga por la empatía y la comprensión hacia quienes los han sufrido. La honesta narración de Gilhooly y sus reflexiones ponen de relieve las dificultades de la recuperación y la necesidad de un cambio social en el trato a las víctimas de abusos.
Ventajas:El libro está bien escrito, es honesto y profundamente conmovedor, y ofrece un relato crudo y detallado de las experiencias de la autora. Contribuye eficazmente a concienciar sobre el abuso sexual infantil, los efectos del trauma y los retos a los que se enfrentan las víctimas para recuperarse. Los lectores aprecian el estilo de escritura de Gilhooly, su claridad y la perspicaz perspectiva dual de su yo más joven y el actual. Las memorias son un grito de guerra a favor de la empatía, la comprensión y la defensa de las víctimas de abusos.
Desventajas:El tema es intensamente doloroso y puede ser desencadenante para algunos lectores. Algunas reseñas señalan que es difícil «amar» el libro debido a su temática, que puede no gustar a todo el mundo. Algunos comentarios ponen de manifiesto un sentimiento de rabia y frustración ante el tratamiento social de los casos de abusos y los fallos del sistema judicial.
(basado en 17 opiniones de lectores)
I Am Nobody: Confronting the Sexually Abusive Coach Who Stole My Life
I Am Nobody es un relato honesto y trágico del abuso sexual infantil y un poderoso recurso para las personas que luchan por recuperarse. Gilhooly pone claramente de relieve las deficiencias del enfoque del sistema judicial canadiense; esperemos que algún día el castigo se ajuste al delito. Sheldon Kennedy, ex jugador de la NHL y autor de Por qué no dije nada.
En esta cruda y desgarradora mirada a cómo su sueño de jugar al hockey le fue robado por el carismático entrenador de hockey y depredador sexual Graham James, Greg Gilhooly describe con angustioso detalle el tormento mental que sufrió tanto durante como mucho después del abuso y la terrible realidad que se esconde tras el aséptico término "agresión sexual". Aunque James ha sido condenado por agredir sexualmente a algunas de sus víctimas, entre ellas Sheldon Kennedy y Theo Fleury, ni confesó ante el tribunal ni fue condenado por agredir sexualmente a muchas de sus otras víctimas, entre ellas Gilhooly, lo que le privó del cierre judicial que ansiaba.
Gilhooly también aporta una valiosa perspectiva jurídica -como víctima y como abogado- que se echa en falta en otras memorias de este tipo, y denuncia enérgicamente un sistema jurídico que, según argumenta, no se ocupa adecuadamente de los abusos sexuales infantiles en serie ni destina suficientes recursos a la rehabilitación de la víctima. Y lo que es más importante, Gilhooly ofrece esperanza, afirmación e inspiración a quienes han sufrido abusos y a sus seres queridos.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)