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Don't Be Called Leaders
Cuando R.
C. Sproul lo resumió todo sobre la vida en la iglesia, concluyó que «en el culto protestante, en su mayor parte, nos sentamos y escuchamos un sermón».
Pero, ¿no estamos justificados al preguntarnos, por qué dedicar un ápice de preocupación a esto ya que no hay nada en el Nuevo Testamento referente a los sermones? La pregunta vital que pide una respuesta es, ¿por qué hemos cogido unas tijeras y hemos cortado 1 Corintios 14 del NT, y lo hemos sustituido por un «servicio de la iglesia» que era desconocido para los primeros creyentes? Más aún, ¿por qué no hemos practicado una reunión del cuerpo levantando a Cristo juntos, y en su lugar hemos construido un «servicio» que se fija en lo que «el pastor», y a menudo una banda de alabanza, hacen frente a la audiencia? No se llamen líderes trata de responder a estas preguntas fundamentales y volver a centrar la atención en el propósito eterno de Dios en Cristo: una casa para su Hijo, el Hijo en nosotros, el Hijo entre nosotros. Y el Hijo mostrado al mundo. La máquina religiosa se llama con líderes que han enturbiado la preocupación del Señor con Su ungido.
Las palabras de Dios desde la nube de gloria Shekinah, «Este es mi Hijo amado, escuchadle», deben ser nuestra plomada. El Señor Jesús es el único Líder a seguir.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)