Puntuación:
Las reseñas ponen de manifiesto la disparidad de opiniones sobre la calidad del libro y su enfoque de la historia de la raza en la Universidad de Georgia. Mientras que algunos alaban su exhaustiva investigación y su evocador estilo narrativo, otros critican su calidad de redacción y lo consideran aburrido.
Ventajas:⬤ Investigado a fondo
⬤ escrito con claridad y profesionalidad
⬤ estilo narrativo atractivo que crea ambiente
⬤ proporciona un contexto importante
⬤ fomenta una comprensión matizada de la historia de la universidad
⬤ valioso para los estudiantes de historia y los interesados en el Movimiento por los Derechos Civiles.
⬤ Algunos consideraron que la redacción era deficiente y poco atractiva
⬤ descrita como aburrida por al menos un crítico
⬤ la creencia de que hay mejores fuentes disponibles sobre el tema.
(basado en 3 opiniones de lectores)
We Shall Not Be Moved: The Desegregation of the University of Georgia
En septiembre de 1950, Horace Ward, un estudiante afroamericano de La Grange (Georgia), solicitó el ingreso en la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgia. A pesar de su impresionante expediente académico, Ward recibió una respuesta -en realidad, un soborno- de uno de los altos cargos de la universidad en la que se le ofrecía ayuda económica si asistía a una facultad de derecho de otro estado. Ward, indignado por la injusticia de la propuesta y decidido a poner fin a este trato desigual, demandó al estado de Georgia con la ayuda de la NAACP, convirtiéndose en el primer estudiante negro que desafiaba la segregación en la Universidad de Georgia.
Empezando por la infructuosa solicitud de Ward a la universidad y su igualmente infructuosa demanda, Robert A. Pratt ofrece un relato rigurosamente investigado de los tumultuosos acontecimientos que rodearon la desegregación de la principal institución de Georgia. Basándose en material de archivo e historias orales, Pratt desmonta los mitos que rodean la histórica decisión de 1961 de aceptar estudiantes negros en la universidad: en concreto, la noción de que la Universidad de Georgia se desegregó con muy poca oposición violenta. Pratt demuestra que cuando Ward, por entonces abogado, ayudó a litigar a favor de la aceptación de Hamilton Earl Holmes y Charlayne Alberta Hunter, fueron los estudiantes de la Universidad de Georgia, y no personas ajenas a ella, quienes planearon cuidadosamente los disturbios para fomentar la expulsión de Holmes y Hunter. Pratt también demuestra cómo los líderes políticos locales de todo el estado simpatizaban con los estudiantes manifestantes, e incluso los ayudaban e instigaban.
La provocadora historia de Pratt sobre la lucha por los derechos civiles no se detiene en la decisión legal inicial que puso fin a la segregación en la universidad. También examina el legado de Horace Ward y de otros pioneros de los derechos civiles que participaron en la desegregación de la universidad -entre ellos Donald Hollowell y Constance Baker Motley-, quienes continuaron durante toda una vida rompiendo las barreras del color en el Sur y más allá. We Shall Not Be Moved es un testamento a Horace Ward, Hamilton Holmes, Charlayne Hunter-Gault y otros que valientemente desafiaron años de segregación legalizada.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)