No hay humo sin fuego: Una receta para el desastre.

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Título original:

No Smoke Without Fire: A recipe for disaster.

Contenido del libro:

La explosión de la fundición en la madrugada del 8 de agosto de 2000 se convirtió en un momento decisivo para la empresa, sus empleados, sus familiares y todos los habitantes de Flin Flon. Como el 11-S, nada volvería a ser igual.

Debemos estar siempre abiertos a replantearnos nuestra forma de hacer las cosas. El cambio debe ser constante. Ir a trabajar cada día sin sufrir daños debe ser una expectativa que todos tengamos.

En Flin Flon, la última víctima mortal antes de la explosión de la fundición se había producido cinco años antes. Ha sido el periodo más largo entre accidentes mortales en la historia de la empresa.

En los 19 años transcurridos desde la explosión no ha habido ninguna víctima mortal relacionada con el trabajo, pero eso no quiere decir que se haya ganado la batalla para crear un lugar de trabajo libre de daños.

Podríamos haber tenido víctimas mortales muchas veces a lo largo de los años. A veces el resultado era cuestión de suerte o de un giro del destino, una cuestión de centímetros o segundos que marcaban la diferencia entre la vida y la muerte.

Por eso es tan importante revisar y comunicar las importantes lecciones aprendidas.

He incluido muchas de ellas en la segunda parte de este libro, bajo el título "El trabajo no debe doler", junto con otros ejemplos que he experimentado en mis 49 años en el mundo laboral.

Se pueden aprender lecciones todos los días. Pueden aplicarse a todos los que van a trabajar. No importa si se trata de un director general, un gerente, un supervisor o un trabajador: todos somos una pieza importante del engranaje.

Los ejemplos que se dan y las discusiones a lo largo de este libro no pretenden degradar o señalar con el dedo a ningún individuo, grupo o empresa. Se utilizan únicamente como oportunidades de aprendizaje para ayudar a las personas a reconocer y comprender que a veces es sólo increíble suerte o buena fortuna que no acaben gravemente heridas, o incluso muertas.

Los ejemplos se centran sobre todo en la industria pesada, pero muchos sucesos similares yacen latentes en muchos lugares de trabajo, e incluso fuera del entorno laboral.

Para reiterar, este libro no trata de culpar o señalar con el dedo. Es un intento de captar y comprender las circunstancias que condujeron a la explosión y lo que hay detrás de una receta para semejante desastre.

Rara vez se hace algo con un solo ingrediente. Del mismo modo, una catástrofe suele desencadenarse por más de un acontecimiento o "ingrediente".

La lista de víctimas mortales que se incluye en este libro demuestra el tremendo sacrificio que han hecho los empleados a lo largo de la historia de Hudson Bay Mining and Smelting. Muchas normas de seguridad y salud en el lugar de trabajo se han aplicado como resultado directo de las lecciones aprendidas.

La lista no incluye el tremendo número de accidentes que no provocaron muertes pero sí lesiones que cambiaron vidas.

Cada nombre de la lista representa a un hijo, hermano, tío, marido o padre, y muchos representan cada una de esas relaciones, que dejaron a esposas sin maridos, a hijos sin padres.