You Don't Have to Believe in the World
No Hay Que Creer En El Mundo Es Un Extraño y Lento Paseo Con Uno Mismo, No El Yo Individual Sino El Yo Hecho De Su Comunión Con Los Demás, Con El Tiempo, Con El Espacio Y La Memoria.
Los poemas miran hacia una porosidad del ser que lucha con determinados modos de individualidad y, al mismo tiempo, buscan asumir la responsabilidad de todo lo que un cuerpo alberga. Imaginistas y surrealistas, los poemas de Erickson persiguen como esa niebla baja que todos amamos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)