Puntuación:
Not a Hazardous Sport, de Nigel Barley, es una cautivadora narración de viajes que combina humor y antropología perspicaz. El autor comparte sus experiencias mientras vivía entre los torajan de Sulawesi, Indonesia, y ofrece tanto historias enriquecedoras como reflexivos comentarios sobre los encuentros culturales. El libro, elogiado por su ingenio y originalidad, marca un punto culminante en la trilogía de viajes antropológicos de Barley.
Ventajas:El libro está escrito con humor y lleno de agudas observaciones sobre la cultura. Barley presenta una mezcla única de visión antropológica y narración personal, lo que hace que el texto sea entretenido e invite a la reflexión. Los lectores apreciarán la capacidad del autor para captar las complejidades de la vida en Indonesia, abordando al mismo tiempo temas relacionados con la cultura y la interacción humana.
Desventajas:Algunos lectores pueden encontrar lentas algunas secciones, ya que Barley se toma su tiempo para describir su viaje a Sulawesi. Quienes esperen un análisis antropológico más tradicional o serio pueden sentirse decepcionados por el tono desenfadado y humorístico. Por otra parte, la reflexión sobre los estereotipos culturales puede no ser del agrado de todos.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Not a Hazardous Sport: Misadventures of an Anthropologist in Indonesia
Nigel Barley viaja a Sulawesi, en Indonesia, para vivir entre los torajan, conocidos por sus espectaculares edificios y sus elaborados cultos a los antepasados.
Por fin sigue el consejo que él mismo da a los estudiantes: que hagan su trabajo de campo antropológico "en un lugar donde los habitantes sean hermosos, amables y donde te guste la comida". Barley explora la isla a caballo y en autobuses atestados hasta los topes, y conoce a sacerdotes fieles a los antiguos rituales animistas.
Con su ingenio habitual, adentra al lector en esta sociedad compleja pero adaptable. Invirtiendo las pautas habituales de la antropología, Barley invita a Londres a cuatro talladores torajanos para construir un granero tradicional de arroz en el Museo de la Humanidad. El observador se convierte en observado.
Ahora le toca a Barley explicar los absurdos de una ciudad inglesa a sus desconcertados invitados, en un glorioso final para una trilogía de viajes antropológicos que comenzó con El antropólogo inocente y continuó con Una plaga de orugas (ambos publicados por Eland). Un epílogo, escrito treinta años después de que concluyeran estas aventuras, confirma el rico arco de esta historia de inversión de papeles.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)