Puntuación:
El libro «No debemos ser enemigos», de Michael Austin, es un debate sobre la amistad cívica y la importancia del diálogo constructivo en una sociedad políticamente polarizada. Aunque algunas críticas tachan los argumentos iniciales de excesivamente simplistas o engañosos, muchas alaban el libro por su redacción clara, ejemplos atractivos y comentarios perspicaces sobre la democracia y el compromiso cívico.
Ventajas:Muchos reseñadores destacan la claridad y el atractivo de la redacción del libro, sus perspicaces ejemplos históricos, el atractivo debate que promueve y su llamamiento a la amistad cívica y a la argumentación constructiva como elementos esenciales para una democracia sana. Se recomienda para diversos públicos, incluidos los jóvenes lectores y los clubes de lectura, por su capacidad para generar debates reflexivos.
Desventajas:Algunos lectores consideraron que los argumentos iniciales eran débiles o poco convincentes, sobre todo en lo relativo a las interpretaciones históricas de la Guerra Civil y el legado de Lincoln. Los críticos se mostraron escépticos sobre la viabilidad de las propuestas del libro para abordar las divisiones y desafíos políticos actuales.
(basado en 5 opiniones de lectores)
We Must Not Be Enemies: Restoring America's Civic Tradition
Al final de su primer discurso inaugural, pronunciado ante una nación profundamente dividida y al borde de la guerra civil, Abraham Lincoln concluyó: "No somos enemigos, sino amigos. No debemos ser enemigos".
Las palabras de Lincoln resuenan hoy en día, especialmente para una nueva generación criada en un discurso político que consiste en las vitriólicas redes sociales y las cámaras de eco de los polarizados medios de comunicación. En No debemos ser enemigos, Michael Austin combina la historia de Estados Unidos, las teorías clásicas de la democracia y la psicología cognitiva para argumentar que la salud de nuestra democracia depende de nuestra capacidad para discrepar sobre cosas importantes sin dejar de ser amigos. Sostiene que los ciudadanos pueden mejorar drásticamente la calidad de nuestra democracia cambiando la forma en que interactuamos unos con otros.
Cada uno de sus capítulos principales presenta un único argumento, apoyado en pruebas contemporáneas y basado en lecciones de la historia de Estados Unidos.
Los siete argumentos centrales del libro son: 1. Tenemos que aprender a ser mejores amigos de las personas con las que no estamos de acuerdo.
2. Debemos discrepar más con las personas que ya consideramos nuestros amigos. 3.
Deberíamos argumentar a favor de las cosas y no sólo en contra. 4. Tenemos la responsabilidad moral de intentar persuadir a otras personas para que adopten posturas que consideramos moralmente importantes.
5. Tenemos que entender lo que constituye un buen argumento si queremos hacer algo más que gritar a la gente e insultarla.
6. Debemos darnos cuenta de que nos equivocamos en muchas cosas en las que creemos tener razón. 7.
Debemos tratar a la gente con caridad y amabilidad, no por un sentido del deber moral (aunque eso también está bien), sino porque son buenas estrategias retóricas en una sociedad democrática.
Para cualquiera que esté preocupado por el tono cada vez más tosco y polémico de gran parte de nuestro diálogo político, No debemos ser enemigos ofrece un punto de partida esencial para restaurar los valores que han proporcionado los cimientos de la tradición de persuasión democrática de Estados Unidos.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)