Nigel Kennedy ¡Sin censura!

Opiniones de los lectores

El libro es una autobiografía del músico Nigel Kennedy que ha recibido críticas dispares. Mientras que algunos lectores lo encuentran interesante e hilarante, otros lo critican por su mala redacción, el exceso de blasfemias y la falta de atención a los detalles de la vida personal.

Tema interesante, estilo humorístico y pasión por la música clásica.

Mala ortografía y redacción, uso excesivo de blasfemias, falta de estructura coherente, y algunos lectores lo encuentran aburrido y desenfocado.

(basado en 5 opiniones de lectores)

Título original:

Nigel Kennedy Uncensored!

Contenido del libro:

Nigel Kennedy cambió el curso de la música clásica a finales de la década de 1980 con su interpretación de las "Cuatro estaciones" de Vivaldi. Fue revolucionario: en su interpretación y presentación, en su técnica y en su actitud abierta. Nigel Kennedy, un aventurero musical y un rompedor de fronteras por naturaleza, hizo volar mentes -y récords de ventas- al convertirse en el violinista más vendido de todos los tiempos.

En lugar de una introducción, Nigel comienza con una "advertencia" en tono irónico para que los lectores tengan cuidado con su estilo de escritura políticamente incorrecto y su franca opinión sobre la BBC, las discográficas, la policía bávara y otros "autoproclamados detentadores del poder". Es el tono de unas memorias realmente originales, tan juguetonas, poco convencionales y cuidadosamente ejecutadas como su música.

El libro está estructurado como un espectáculo musical, con "Interludios", "Outros" y un "Encore" que separan los capítulos regulares que cubren la historia de la vida de Nigel, desde sus humildes comienzos y su beca en la recién creada Escuela Yehudi Menuhin -y luego en Nueva York, en la Juilliard School- hasta su floreciente carrera y su irrupción como superestrella de talla mundial.

Los "Interludios" abarcan temas que van desde los mejores y peores conciertos de Nigel ("Puede parecer extraño que los conciertos de mierda se nos queden grabados en la mente mucho más que los buenos, pero supongo que tiene sentido..."), hasta los encontronazos con estrellas del rock y fuerzas policiales de todo el mundo. Su anécdota sobre la actuación de la Policía Metropolitana de Londres ante una queja por ruidos en un concierto de estrellas es especialmente divertida: "Estos tipos (la Met) eran alegres, se ocuparon de la situación y no agravaron el problema cuando no lo había. 10/10".

Los "Outros" abarcan desde las reflexiones de Nigel sobre la música clásica en la actualidad -una lectura fascinante desde la perspectiva de un virtuoso- hasta el Brexit, donde sólo la ortografía de la palabra deja al lector con pocas dudas sobre a qué lado de la valla se sitúa el autor.

"Encores" es una sección exhaustiva sobre la producción discográfica de Nigel, que abarca sus primeros trabajos clásicos, las Cuatro Estaciones y sus álbumes posteriores. También se habla de su trabajo con músicos de rock como Robert Plant, el difunto batería Michael Lee, el cantante de Killing Joke Jaz Coleman y los productores Eddie Kramer (Jimmy Hendrix) y John Leckie (Stone Roses). Nigel escribe sobre Gershwin, Yehudi Menuhin, Stephan Grappelli ("mi mayor inspiración"), Jimi Hendrix y The Doors.

Nigel habla de sus aficiones fuera de la música -el boxeo y el fútbol-, que le sirven de inspiración y equilibran su producción creativa (sobre el Aston Villa, "una verdadera bendición para mí tener una salida en la que estaba rodeado de gente normal, honesta y trabajadora que hacía 'trabajos de verdad'"). Hay un capítulo espléndido sobre el "Golf de cocina", una variante no exenta de riesgo del juego, ideada con un amigo íntimo y travieso, Gary Lineker, durante una desordenada sesión nocturna de cocina. "Llevo toda la vida rompiendo barreras entre las personas y este libro es prueba de ello", afirma Nigel en su "Advertencia". Es una declaración de intenciones que "Sin censura" cumple con aplomo.