Nicolaus Cusanus sitúa en el centro de sus escritos la figura del laico (idiota), que -como antítesis del filósofo con formación universitaria- representa al simple inculto y, por tanto, la verdadera sabiduría que corresponde al espíritu humano y a su potencial. En lugar de basarse en los conocimientos de los libros y en las autoridades, se centra en su propio filosofar, que no cesa de preguntarse de nuevo por la verdad.
El laico encarna la filosofía cusaniana de un modo especial: las disposiciones antropológicas, epistemológicas y metafísicas fundamentales de Cusano se unen aquí en una sola forma. Partiendo del conocimiento de que la cognición humana sólo puede ser siempre presunta, se trata de la correcta relación crítica con las propias posibilidades cognitivas.
Utilizando la figura del profano, Cusano deja claro que esto no conduce en modo alguno al escepticismo epistemológico, que considera inalcanzable desde el principio la posibilidad de un conocimiento cierto y, en consecuencia, superfluo todo esfuerzo de conocimiento, sino que expresa el potencial infinito y dinámico del ser humano para acercarse continuamente a la verdad. En la historia de la epistemología anterior a Kant, Der Laie ber den Geist desempeña así un papel fundamental.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)