Never Simple: Un libro de memorias

Opiniones de los lectores

Las memorias de Liz Scheier «Never Simple» exploran su tumultuosa relación con su madre, que padece un Trastorno Límite de la Personalidad. A través del ingenio y el humor, la autora relata sus luchas con la enfermedad mental de su madre, las complejidades de su vínculo y su viaje de autodescubrimiento, examinando en última instancia temas como el amor, el perdón y la búsqueda de la identidad.

El libro está bien escrito, es atractivo y, a menudo, humorístico, lo que lo convierte en un libro apasionante. Los lectores aprecian los temas con los que se relaciona, en particular los retos de crecer con un padre problemático. Muchas reseñas destacan los perspicaces comentarios de la autora sobre las enfermedades mentales y la complejidad de las relaciones entre madre e hija. La profundidad emocional de la narración resuena profundamente, incitando a los lectores a reflexionar sobre sus propias experiencias.

Algunos lectores consideraron que el libro era repetitivo en algunas partes, lo que le restaba dinamismo. Se critica la verosimilitud de ciertos acontecimientos descritos, lo que hace que algunos lectores cuestionen la autenticidad de la narración. Algunos críticos expresaron su decepción por no profundizar en la enfermedad mental de la madre y consideraron que las memorias carecen de los elementos dramáticos que se encuentran en obras similares.

(basado en 63 opiniones de lectores)

Título original:

Never Simple: A Memoir

Contenido del libro:

Estas memorias apasionantes y oscuramente divertidas "son un testimonio del amor innegable e indestructible entre una madre y una hija" (Isaac Mizrahi).

La madre de Liz Scheier era una adicta a las noticias, una narradora desternillante, una persona encantadora de hablar rápido a la que no podías apartar la vista, una madre soltera cuya devoción cruzaba la línea de la obsesión y -cuando se veía afectada por la enfermedad mental que la aquejaba- una mentirosa magistral. Cuando Scheier tenía dieciocho años, en una tarde sin incidentes, su madre entró en la habitación y soltó dos bombas. En primer lugar, que había estado casada durante la mayor parte de las dos décadas anteriores con un hombre del que Liz nunca había oído hablar y, en segundo lugar, que el hombre que había afirmado que era el difunto padre de Liz era totalmente ficticio. Se lo había inventado: su nombre, las historias, todo.

Aquellas grandes mentiras fueron el principio, pero no el final; habían hecho falta docenas de mentiras más pequeñas para sostenerlas y, para cuando terminó, había construido una vida de cuento de hadas, medio verdadera, para los dos. El encanto de Judith Scheier era más que igualado por su excentricidad, y Liz siempre había sabido que algo andaba mal en su hogar. Al fin y al cabo, otras madres no criaban a sus hijos sin ayuda de nadie y sin una fuente visible de ingresos, ni ocultaban a sus hijos tras números falsos de la Seguridad Social, ni organizaban fiestas gigantescas en un apartamento de una habitación en Manhattan para luego montar rabietas cuando la puerta se cerraba tras los invitados.

Ahora, décadas después, armada con pistas sobre la identidad de su padre -y a medida que la demencia de su madre se agrava y revela verdades que nunca quiso compartir-, Liz intenta descubrir las verdaderas respuestas a los misterios que subyacen a su infancia. Intentando construir una vida "normal" a partir de unas raíces decididamente anormales, recorre su propio y tortuoso camino hacia la edad adulta: una extraña ruptura, un romance inesperado y el nacimiento de su hijo y su hija. Por el camino, Liz se pregunta qué debemos a nuestros padres incluso cuando nos fallan, y cómo compartir con los niños la hilaridad, el amor ilimitado y la creatividad de su madre, sin transmitirles el trauma de su enfermedad mental. Never Simple es la historia de cómo sobrellevar el legado de una madre difícil de amar con compasión, humor y, en última instancia, autopreservación.