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El libro de Denise D. Meringolo, «Museos, monumentos y parques nacionales», ofrece una exploración en profundidad de la historia pública, en particular su desarrollo a través del Servicio de Parques Nacionales y las influencias del New Deal. El autor expone los retos a los que se enfrentan los historiadores públicos y destaca la importancia de la colaboración interdisciplinar, al tiempo que documenta la historia de la historia pública como campo y sus principales contribuciones a lo largo del tiempo.
Ventajas:El libro está bien escrito y aporta numerosas ideas sobre la genealogía de la historia pública. Analiza con eficacia las historias entrelazadas de la historia pública y el Servicio de Parques Nacionales, haciendo hincapié en las importantes contribuciones realizadas por estas entidades. Los lectores aprecian la detallada exploración de las funciones gubernamentales en la preservación histórica y los diligentes esfuerzos de los funcionarios de los parques. Se considera una lectura esencial para cualquier persona interesada en la conservación histórica y los parques nacionales.
Desventajas:Algunos críticos señalan que el libro aborda los retos de las limitaciones presupuestarias y las rivalidades entre organismos, que pueden no estar totalmente resueltos o presentarse como problemas actuales. Además, aunque el autor cubre bien la historia del NPS, el enfoque puede parecer convencional en cuanto a los orígenes del campo en la década de 1970, con el deseo de un reconocimiento más amplio del crecimiento anterior de la historia pública.
(basado en 5 opiniones de lectores)
Museums, Monuments, and National Parks: Toward a New Genealogy of Public History
La rápida expansión del campo de la historia pública desde la década de 1970 ha llevado a muchos a creer que se trata de una profesión relativamente nueva. En este libro, Denise D.
Meringolo demuestra que, en realidad, las raíces de la historia pública se remontan al siglo XIX, cuando el gobierno federal entró en la labor de recopilar y preservar los recursos naturales y culturales de la nación. Los científicos que investigaban y recogían especímenes se convirtieron en figuras clave de un esfuerzo más amplio por proteger e interpretar el paisaje de la nación. Su colaboración con empresarios, académicos, conservadores y burócratas ayudó a allanar el camino para otras iniciativas gubernamentales, desde la Smithsonian Institution hasta los parques y monumentos que hoy gestiona el Servicio de Parques Nacionales.
Todos estos desarrollos incluyeron actividades interpretativas que dieron forma a la comprensión pública del pasado. Sin embargo, no fue hasta la aparición del programa de historia del Servicio de Parques Nacionales, orientado a la educación, en las décadas de 1920 y 1930, cuando la historia pública encontró un hogar institucional que fundamentaba la práctica profesional simultáneamente en los valores de la disciplina emergente y en el servicio al gobierno.
Incluso después, las tensiones entre los administradores de Washington y los profesionales sobre el terreno de los Parques Nacionales, monumentos y museos siguieron definiendo y redefiniendo el alcance y la esencia del campo. Según Meringolo, el proceso de definición persiste en la actualidad, ya que los historiadores públicos están cada vez más presentes en las principales universidades de Estados Unidos y del extranjero.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)