Mujeres internadas en Sumatra durante la Segunda Guerra Mundial: Fe, esperanza y supervivencia

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Título original:

Women Interned in World War Two Sumatra: Faith, Hope and Survival

Contenido del libro:

Miles de mujeres y niños se encontraban entre los que luchaban por abandonar Singapur justo antes de la capitulación del 15 de febrero de 1942; su esperanza era llegar a un lugar seguro. Para muchos esa esperanza nunca se hizo realidad; innumerables personas se ahogaron cuando los barcos fueron bombardeados y hundidos en su camino hacia la "seguridad". Los "afortunados" que sobrevivieron a la embestida de los barcos se convertirían en huéspedes de los japoneses; muchos de ellos no vivirían para ver el final de la guerra.

Margaret Dryburgh, misionera y maestra, y Shelagh Brown, secretaria en la base naval de Singapur, eran dos mujeres muy diferentes que huyeron en esos últimos barcos y fueron internadas en campos de Sumatra. Sus caminos se cruzaron brevemente antes de los catastróficos acontecimientos de 1942 y volvieron a encontrarse en el internamiento. El "Himno de los cautivos" compuesto por Margaret Dryburgh fue cantado inicialmente por ella misma junto con Shelagh Brown y su amiga Dorothy MacLeod el 5 de julio de 1942. Desde entonces se ha cantado en los servicios religiosos durante todo el internamiento y se sigue cantando en los servicios religiosos de todo el mundo. La música y la fe fueron fundamentales en la vida de ambas y el talento creativo de Margaret levantó el ánimo de todos durante aquellos días oscuros y difíciles.

En una extraordinaria colaboración, cuando las mujeres luchaban por encontrar algo nuevo que les levantara el ánimo, Margaret y su compañera de internamiento Norah Chambers crearon una "Orquesta Vocal" utilizando las voces de las mujeres en lugar de instrumentos. La primera actuación dejó atónito a todo el campo; nunca habían oído nada tan hermoso y momentáneamente les hizo sentir que eran libres y flotaban con la música.

Este relato real, basado en diarios personales y documentos familiares, traza el viaje de Margaret Dryburgh y Shelagh Brown desde la infancia hasta la edad adulta y el internamiento. Los primeros años moldean la vida adulta y quizás contribuyeron a su respuesta al cautiverio, que demostró valor, tenacidad, perseverancia y, sorprendentemente, dadas las terribles condiciones, una buena dosis de humor.

"Que amanezca el día de la libertad".