Mujeres de las catacumbas

Opiniones de los lectores

El libro «Mujeres de las catacumbas», de Wallace Daniel, ofrece un retrato inspirador de la Iglesia rusa clandestina durante las opresivas épocas leninista y estalinista, centrándose en las vidas de dos valientes mujeres que abrazaron su fe a pesar de los riesgos que ello implicaba.

El libro está bien escrito y bellamente presentado, y ofrece relatos convincentes e inspiradores de la fe bajo la opresión. Incluye cartas personales y memorias que ofrecen una visión profunda de las luchas de las creyentes rusas. El libro resulta ameno e interesante, incluso para quienes no suelen interesarse por la historia.

Algunos lectores pueden encontrarlo menos atractivo si no les interesan especialmente los relatos históricos o los entresijos de la fe religiosa, aunque esto parece ser una preocupación menor a juzgar por las reseñas.

(basado en 4 opiniones de lectores)

Título original:

Women of the Catacombs

Contenido del libro:

Las memorias que se presentan en Mujeres de las catacumbas ofrecen un raro relato de cerca de la comunidad ortodoxa clandestina y sus sacerdotes durante algunos de los años más difíciles de la historia rusa.

La iglesia de las catacumbas en la Unión Soviética surgió en la década de 1920 y desempeñó un papel importante en la vida nacional rusa durante casi cincuenta años. Los seguidores de la fe ortodoxa se referían a menudo a la iglesia de las catacumbas como "la luz que brilla en la oscuridad".

Mujeres de las catacumbas ofrece un retrato de primera mano de la religión vivida en su entorno social, familiar y cultural durante este trágico periodo. Hasta ahora, los estudiosos sólo disponían de fragmentos breves y dispersos de información sobre la organización eclesiástica ilegal rusa que pretendía proteger la pureza de la tradición ortodoxa. Vera Iakovlevna Vasilevskaia y Elena Semenovna Men, que se unieron a la iglesia cuando eran jóvenes, ofrecen pruebas de cómo la ortodoxia rusa siguió siendo una presencia viable y alternativa en la sociedad soviética, cuando todas las instituciones políticas, educativas y culturales intentaban adoctrinar a los ciudadanos soviéticos con una perspectiva atea.

La traducción de Wallace L. Daniel no sólo arroja luz sobre la historia religiosa y política de Rusia, sino que también muestra cómo dos mujeres cultas mantuvieron su integridad personal en tiempos en que los vientos políticos y sociales dominantes iban en dirección opuesta.