Mountains to Move
En una ocasión, durante su ministerio, Jesús dijo a los apóstoles que si tuvieran una fe tan grande como un grano de mostaza, podrían decir a una montaña: "Levántate y échala al mar", y se haría. A la luz de todas las bellas figuras retóricas que utilizó Jesús, ésta parece seguir ese curso.
No tendría gran valor trasladar una montaña al mar o a cualquier otro lugar, así que ¿qué podría haber querido decir? El argumento de esta obra es que se refería a los grandes obstáculos, las barreras casi imposibles a las que se enfrentarían los apóstoles y otros miembros de la Iglesia primitiva. Algunos de ellos eran externos, y otros tenían que ver con actitudes internas. De hecho, el tamaño mismo de la desalentadora tarea haría que muchos sintieran que era inútil siquiera empezar.
Si las cifras se acercan a la realidad, se pedía a unos 120 individuos que salieran a conquistar el mundo. Eso parecía imposible, no sólo por las fantásticas probabilidades a las que se enfrentaban, sino por los muchos obstáculos raciales, culturales y religiosos a los que debían enfrentarse.
En lugar de hablar de montañas literales, Jesús probablemente estaba indicando que, con fe, podrían llevar a cabo tareas que parecían abrumadoras. Enfrentaron mucha oposición, pero con fe y el poder del Espíritu Santo, movieron montañas.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)