Miradas a la vida y obra de G. D. Watson

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Título original:

Glimpses of the Life and Work of G. D. Watson

Contenido del libro:

G. D.

Watson (1845-1924) fue uno de los predicadores más influyentes y queridos del movimiento de santidad de finales del siglo XIX y principios del XX, y su influencia perdura hoy a través de sus numerosos escritos. Era un hombre humilde con una asombrosa destreza intelectual y una excepcional comprensión de la verdad espiritual. A los treinta y pocos años, siendo un pastor de éxito, fue llevado a una profunda consagración de todo su ser a Dios que transformó por completo su vida y su ministerio.

Después de algunos años en el pastorado, Watson sintió la llamada a la evangelización.

Viajó mucho por Estados Unidos y, con el tiempo, celebró reuniones en Inglaterra, las Antillas, Nueva Zelanda, Australia, Japón y Corea. El Dr.

Levin P. Causey dijo del Dr. Watson: "Él se destaca, único, un genio raro.

No era un copista. Las ruedas de su carro no estaban cargadas ni agitadas por otros conductores. Su pensamiento era watsoniano, del tipo de George.

Su retórica seguía las reglas de Watson. Se formó a sí mismo en gran medida, y habría sido difícil formarle de otro modo.

Era original en un grado inusual; no es que ignorara por completo los pensamientos y las obras de los demás. Esto no puede hacerlo nadie. Leía con voracidad y absorbía lo que leía, pero tenía el poder de transformar y reajustar lo que recogía de otros, hasta que se presentaba vestido con un nuevo ropaje y con la imagen de la originalidad.

En la vida de George Watson se mezclaban dotes naturales poco comunes y trabajo duro.

Sobresalió como orador y como escritor. Los grandes predicadores que lo escucharon y leyeron sus escritos quedaron impresionados de que una estrella de gran magnitud se había levantado entre ellos. El Dr.

Robert N. Baer, de la Conferencia de Baltimore, dijo de él, cuando sólo llevaba predicando media docena de años, que ningún otro hombre podía decir las cosas como las decía Watson" Todos los lectores de los libros de Watson estarán eternamente agradecidos a su esposa de cincuenta y cinco años por descorrer la cortina de una vida vivida tan completamente para Dios y las almas.