Milagros de la Profecía Mesiánica

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Título original:

Miracles of Messianic Prophecy

Contenido del libro:

Los dos profetas que dan título a este libro son más conocidos por los milagros que Dios les ordenó realizar. ¿No debería esperarse que los profetas profetizaran? Sí...

y de hecho estos lo hacen, pero la mayoría de sus profecías están ocultas en las descripciones de sus milagros registrados. Un nuevo examen de los detalles y las circunstancias de cada acontecimiento, a la luz de unas cuantas construcciones bíblicas sencillas, revela profecías imperceptibles para los beneficiarios de los milagros y que aparentemente escapan al conocimiento de los propios profetas. El autor de estos misterios es innegablemente el Espíritu Santo.

La cronología y el calendario establecido de acontecimientos son parte integrante de su presentación profética.

No es sorprendente que Su intención sea glorificar a Jesucristo. Ejemplos de temas incluyen: el nacimiento, muerte y resurrección de Cristo, la Iglesia de Cristo, el don de Su Espíritu que mora en nosotros, el Rapto, la Tribulación, el remanente de Israel y la Segunda Venida de Cristo.

Dios sigue utilizando a la gente corriente. A muchos de nosotros nos ha hecho sentir como en casa en el taller de carpintería. Nosotros, que poseemos un entusiasmo coleccionista por los rompecabezas y los teasers de madera, tenemos un deseo innato de entender y apreciar la precisión con la que los componentes de un objeto pueden ser diseñados para encajar.

La Biblia es el colmo de tal diseño y precisión. El Espíritu Santo ha atraído a este ebanista a emprender un estudio serio de la Palabra de Dios durante los últimos veinte años, que ha demostrado de forma consistente que todo Su Libro está escrito sobre Jesucristo. Aquí se ofrecen como ejemplos los numerosos milagros de Elías y Eliseo, que inicialmente parecen desconcertantes e inconexos, pero las incisivas descripciones del Autor Bíblico permiten que encajen perfectamente con Sus presentaciones tanto de la profecía como del Evangelio de Cristo.

¿Quién sabe si su testimonio estaba destinado a un momento como éste?