Puntuación:
El libro presenta un relato perspicaz y conmovedor de la vida de Dikgang Moseneke, documentando su trayectoria desde preso político hasta respetado juez. Los lectores elogian su bella escritura, las valiosas lecciones de vida que se derivan de sus experiencias y su importancia para comprender la lucha de Sudáfrica contra el apartheid. Sin embargo, algunas críticas mencionan problemas de edición y la percepción de que las memorias se dirigen más al público internacional que a los lectores sudafricanos.
Ventajas:Relato atractivo, reflexiones profundas sobre el apartheid, lenguaje bello y bien escrito, importantes lecciones de vida, muy recomendable para jóvenes profesionales e interesados en la excelencia negra, y un poderoso relato de resiliencia y justicia social.
Desventajas:⬤ Podría beneficiarse de una mejor edición
⬤ algunos lectores lo encuentran autocomplaciente o falto de profundidad
⬤ puede resonar más entre el público internacional que entre los sudafricanos que vivieron los acontecimientos de primera mano.
(basado en 18 opiniones de lectores)
My Own Liberator: A Memoir
En Mi propio libertador, Dikgang Moseneke rinde homenaje a las muchas personas y lugares que han contribuido a definirle y darle forma. Al rastrear su ascendencia, la influencia de sus padres es evidente en los valores que inculcaron a sus hijos: la importancia de la familia, el valor del trabajo duro y la educación, un código moral inflexible, la compasión por los menos afortunados y la negativa inquebrantable a aceptar un régimen político injusto o a reconocer sus leyes opresivas.
Como joven activista del Congreso Panafricanista, a la tierna edad de quince años, Moseneke fue detenido, encarcelado y, en 1963, condenado a diez años de prisión en Robben Island por participar en actividades contra el apartheid. Sin embargo, el encarcelamiento físico, las duras condiciones y el trato inhumano no pudieron aprisionar las mentes de los presos políticos, y para muchos la isla se convirtió no sólo en una escuela de política, sino en una oportunidad para dedicarse al estudio, formal e informal. Esto puso al joven Moseneke en el camino hacia una licenciatura en Derecho que le proporcionaría los cimientos de una larga y fructífera carrera jurídica y le llevaría a servir a su país en el más alto tribunal.
My Own Liberator narra el ascenso de Moseneke como una de las mentes jurídicas más destacadas del país, que no sólo ayudó a redactar la constitución provisional, sino que durante quince años actuó como guardián de esa constitución para todos los sudafricanos, contribuyendo a convertirla en un documento vivo para el país y su pueblo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)