Medical (Campaign) Services Vol 2(official History of the Great War Based on Official Documents)
Nuestra imagen de la Gran Guerra está indeleblemente ligada al sufrimiento de los soldados que lucharon. Filas de hombres cegados por el gas venenoso aferrándose a sus compañeros; soldados heridos en camillas esperando pacientemente ser atendidos; los propios camilleros luchando en el barro para llevar ayuda y socorro a sus compañeros; y las imágenes insoportablemente conmovedoras de tropas sin extremidades o conmocionadas por los proyectiles en el hospital de Blighty luchando por aceptar sus devastadoras condiciones.
La historia de los servicios médicos militares en la guerra es fascinante pero poco contada. Ahora, Naval and Military Press se enorgullece de volver a publicar esa historia, en forma de estas reimpresiones de las raras Historias Oficiales del servicio médico del Ejército compiladas por el General de División Sir W. G.
Macpherson.
En 1914, el servicio había mejorado mucho gracias a las reformas llevadas a cabo tras la Guerra de los Boers, en la que miles de soldados habían muerto innecesariamente de enfermedades por falta de una atención médica adecuada. En 1914, por el contrario, el servicio estaba preparado para hacer frente a un gran número de bajas.
El propio autor fue subdirector del servicio médico del Ejército durante toda la guerra, y se le describe como "un genio para organizar y mejorar el servicio y una energía incansable". Su historia en cuatro volúmenes no es un árido registro de la administración, como cabría esperar, sino una descripción práctica y bien escrita del día a día de cómo se atendía a los heridos y enfermos desde los puestos de socorro en primera línea hasta los hospitales de base en la retaguardia de las líneas. Entreteje hábilmente detalles y estadísticas médicas esenciales en una narración de batallas y campañas de todos los escenarios de la guerra.
También es un registro de una curva de aprendizaje pronunciada, ya que los servicios médicos lucharon -a menudo con éxito- para mantenerse al día con las bajas infligidas por la cambiante tecnología de la guerra. Al principio, en 1914, la mayoría de las heridas eran causadas por balas, pero con el creciente uso de la artillería, las esquirlas de los proyectiles, las bolas de metralla y el gas venenoso representaron la mayoría. El suelo muy abonado de Francia y Flandes garantizaba una alta incidencia de tétanos y gangrena gaseosa.
El uso de transfusiones de sangre y una mayor comprensión de la importancia de los grupos sanguíneos salvaron muchas vidas, mientras que detrás de las líneas el uso pionero de la cirugía plástica se esforzaba por reparar los horribles daños infligidos por las armas de guerra. Este es un registro conmovedor de la compasión en acción, y de un servicio que se esforzó por mitigar, curar y ayudar a aliviar el inevitable sufrimiento causado por la guerra más destructiva que el mundo había visto hasta entonces.
© Book1 Group - todos los derechos reservados.
El contenido de este sitio no se puede copiar o usar, ni en parte ni en su totalidad, sin el permiso escrito del propietario.
Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)