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Mary Neal and the Suffragettes Who Saved Morris Dancing
A principios del siglo XX, la danza Morris prácticamente había desaparecido en gran parte de Inglaterra. Fueron las militantes sufragistas y las chicas de los barrios marginales quienes iniciaron el renacimiento que devolvió las danzas olvidadas del campo a las ciudades y pueblos de todo el país. Gracias a su empeño en preservar y transmitir las danzas, el Morris sobrevivió como una tradición viva que se sigue representando hoy en día. Y el impulso para hacerlo surgió de la aspiración de las mujeres a cambiar la sociedad para mejor, el mismo impulso que las llevó a la acción militante y a la cárcel.
El renacimiento de Morris y el movimiento sufragista militante estaban inextricablemente unidos. La líder del renacimiento de la danza, Mary Neal, fue durante toda su vida una defensora radical de los derechos de las mujeres y los niños. Junto con su amiga Emmeline Pethick, dirigió el Esperance Girls' Club en una de las zonas más desfavorecidas de Londres. Tanto ella como Emmeline formaron parte del comité nacional de la Unión Social y Política de Mujeres de la Sra. Pankhurst, el más conocido de los grupos que luchaban por el voto femenino.
La adopción de la danza tradicional por parte de las mujeres estaba enraizada en las aspiraciones de igualdad de Mary y su compromiso con la reforma social y política. El comienzo del renacimiento de la danza y el lanzamiento de la campaña sufragista militante en Londres coincidieron casi exactamente. Lanzada por una banda de rebeldes más bien desamparados, la WSPU se convirtió en un movimiento capaz de inspirar lealtad y aversión a partes iguales. El renacimiento de Morris pasó de ser un entretenimiento en un club para chicas empobrecidas a convertirse en una iniciativa a escala nacional. Las asociadas de Mary y Emmeline en el renacimiento del baile iban desde chicas jóvenes que trabajaban en las oficinas de la campaña militante hasta hijas de la aristocracia en huelga de hambre.
Mary y Emmeline aportaron el liderazgo y el compromiso que permitieron el florecimiento de dos movimientos radicales en los primeros años del siglo XX, pero ambas se vieron marginadas después de que desacuerdos políticos -con el folclorista Cecil Sharp y la señora Pankhurst, respectivamente- provocaran devastadoras escisiones en sus respectivas organizaciones. Ambas se vieron tergiversadas y excluidas de la historia de movimientos que, sin ellas, nunca habrían llegado a despegar. Sólo en las últimas décadas las mujeres han empezado a reclamar su lugar en el movimiento de danzas Morris, cuya propia existencia es un legado de la campaña militante por el voto.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)