Killer Butterflies: Combat, Psychology and Morale in the British 19th (Western) Division 1915-18
En este trabajo pionero, James Roberts examina la voluntad y la capacidad de los soldados de infantería británicos voluntarios y reclutas de la Gran Guerra para desempeñar el papel fundamental del soldado: matar o mutilar al enemigo, y aceptar la posibilidad que ello conlleva de morir o resultar herido. Paradójicamente, la bibliografía hasta la fecha ha guardado cierto silencio sobre el papel del soldado en el acto de matar.
Este estudio recupera este relato olvidado a través de las experiencias de la 19ª División (Occidental), recogidas en los diarios de guerra de sus unidades, una fuente generada principalmente para registrar las experiencias del combate. Los resultados del estudio ofrecen testimonio del valor y la resistencia del soldado de la Gran Guerra en circunstancias de terribles penurias y sufrimientos. Pero también revelan aspectos mucho menos conocidos y comprendidos del comportamiento del soldado en combate.
Muchos soldados de infantería no pudieron o no quisieron atravesar la división experiencial entre la vida civil y el acto supremo de ser soldado. Esto en sí mismo indica los inmensos pasos psicológicos dados por aquellos (quizás la minoría) que se vieron capaces de matar. Los que lucharon se decantaron por armas (como la ametralladora o la bomba Mills) que, principalmente a través de la distancia visual, higienizaban parcialmente el acto de mutilar al enemigo.
El asesinato a la bayoneta, una forma de combate mucho más personal, era un acto poco frecuente; a pesar de que el ejército británico defendía sin cesar la bayoneta como arma principal del soldado de infantería. Pero tampoco las legiones pacifistas fueron siempre peones en manos de sus mandos superiores. En la Tierra de Nadie física descubrieron una zona gris de comportamiento entre la obediencia total y el desafío absoluto, y fueron capaces de limitar tácitamente su compromiso con el combate mediante comportamientos pasivos sutiles como "rezagarse" o "echarse a tierra".
De este modo, lograron recuperar cierto grado de control sobre su destino en el campo de batalla. De las conclusiones extraídas del estudio, una predomina: las costumbres y los valores civiles no siempre se abandonaban en el momento en que el soldado de infantería cruzaba el parapeto; durante la Gran Guerra, muchos soldados se encontraban dispuestos a servir, pero eran asesinos reacios.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)