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El libro sostiene que las empresas manufactureras estadounidenses no compiten de forma significativa con las importaciones de países en desarrollo como China, lo que contradice las teorías anteriores que sugieren que dicha competencia provoca un elevado desempleo y problemas económicos. Los autores utilizan un análisis detallado de los datos de 470 industrias estadounidenses y concluyen que otros factores, como la competencia con empresas de países desarrollados, tienen un mayor impacto en la economía estadounidense. Proponen que Estados Unidos se centre en convertirse en una economía autosuficiente en lugar de restringir las importaciones de los países en desarrollo.
Ventajas:Proporciona métodos analíticos rigurosos y comparaciones detalladas entre diversas industrias.
Desventajas:Desafía las teorías económicas establecidas con nuevas perspectivas.
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Rising Tide: Is Growth in Emerging Economies Good for the United States?
En 1963, John F. Kennedy dijo que "una marea creciente levanta todos los barcos.
Y una asociación, por definición, sirve a ambas partes, sin dominación ni ventaja injusta". La política económica internacional de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial se ha basado en la premisa de que el crecimiento económico exterior redunda en su propio interés económico, así como político y de seguridad. Sin embargo, el estallido de la burbuja especulativa de las punto.com, la ralentización del crecimiento estadounidense y la crisis financiera mundial y sus secuelas han provocado cambios radicales en la percepción que tienen los estadounidenses de los beneficios del comercio mundial.
Muchos estadounidenses creen que el comercio con las economías de mercado emergentes es la razón más importante de la pérdida de empleo en Estados Unidos, especialmente en el sector manufacturero, y que es perjudicial para el bienestar de los estadounidenses y una fuente importante de desigualdad salarial.
Varios economistas prominentes han reforzado estas preocupaciones públicas. En este estudio, Lawrence Edwards y Robert Z.
Lawrence afrontan estos temores mediante un amplio estudio de la literatura empírica y análisis en profundidad de las pruebas. Sus conclusiones contradicen varias teorías populares sobre el impacto negativo del comercio de EE.UU. con los países en desarrollo.
Encuentran pruebas considerables de que, si bien la adaptación al crecimiento económico exterior plantea retos a Estados Unidos, el crecimiento de las economías de mercado emergentes redunda en su interés económico. Es difícil, por supuesto, para los estadounidenses acostumbrarse a un mundo en el que la preponderancia de la actividad económica se localiza en Asia. Pero una de las grandes bazas de Estados Unidos es su capacidad de adaptación.
Y si se adapta, la economía estadounidense puede verse impulsada por esa marea creciente.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)