Maravillosamente heridos: Teología, discapacidad y el cuerpo de Cristo

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Título original:

Wondrously Wounded: Theology, Disability, and the Body of Christ

Contenido del libro:

La Iglesia acoge a todos, o debería hacerlo.

Desde hace mucho tiempo, la Iglesia ha demostrado ser un refugio seguro a pesar de la triste realidad de que puede ser, y ha sido, poco acogedora con quienes se perciben como diferentes. Esto es especialmente cierto en el caso de la respuesta de la Iglesia contemporánea a las personas con discapacidad, una respuesta que a menudo difiere sorprendentemente de sus prácticas históricas de atención. En su día, la Iglesia contribuyó a forjar una moral occidental que amaba y aceptaba a estas personas. Por eso resulta irónico que la Iglesia de hoy descuide esta atención o la practique sin ser consciente de la rica historia teológica de la que surgieron originalmente estas sensibilidades morales. En Wondrously Wounded, Brian Brock recupera la teología histórica de la Iglesia sobre la discapacidad y la amplía para demostrar que las personas con discapacidad, como todos los creados a imagen de Dios, son siervos de la obra redentora de Dios.

Brock divide su volumen en cinco partes. La primera parte relata cómo el cristianismo primitivo valoraba y cuidaba a los discapacitados, poniendo en práctica las enseñanzas de Jesús sobre la misericordia divina de forma decididamente contracultural. La segunda parte detalla cómo el aumento del miedo a la discapacidad tentó a la Iglesia a alejarse de estas prácticas misericordiosas, así como de su confesión del valor infinito de todo lo que Dios ha creado. La tercera parte rastrea cómo el miedo a la diferencia sigue moldeando negativamente las prácticas contemporáneas en las escuelas, las iglesias y la política de hoy. La cuarta parte sienta las bases de una visión de la vida cristiana resistente a este miedo omnipresente. Por último, la quinta parte muestra cómo el reconocimiento de todas las personas como parte del cuerpo de Cristo no sólo demuestra el amor de Cristo, sino que desplaza el miedo a la discapacidad de una manera que invita a la iglesia más allá incluso de las esperanzas contemporáneas más ambiciosas de plena inclusión.

Brock entrelaza su análisis histórico y teológico con el relato de su propio hijo discapacitado, Adam. Estas historias ponen de manifiesto la vulnerabilidad y el poder de los discapacitados en la sociedad contemporánea. En última instancia, sostiene Brock, los discapacitados son portadores de dones espirituales que la Iglesia necesita desesperadamente. Maravillosamente heridos es un llamamiento a la Iglesia para que se encuentre a sí misma rota y rehecha por la presencia de Cristo que se ofrece en las vidas de los que la sociedad ha etiquetado como "discapacitados".