Manteniendo la paz: El Escuadrón 251 de Cazacarros de la Infantería de Marina durante la Guerra Fría 1946-1991

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Título original:

Keeping the Peace: Marine Fighter Attack Squadron 251 During the Cold War 1946-1991

Contenido del libro:

Los Thunderbolts del VMFA-251 fueron reactivados como escuadrón de la Reserva Aérea de los Marines en 1946. Su Guerra Fría sólo incluyó unas pocas semanas de operaciones de combate tradicionales -en Corea-, pero realizarían constantes ejercicios de entrenamiento y despliegues desde 1946 hasta 1991, mientras se preparaban para una posible guerra contra la URSS o China, los dos gigantes del comunismo. De Corea del Sur a Noruega, pasando por Turquía y otros puntos intermedios, los Thunderbolts se encontraron defendiendo el mundo libre y haciendo honor a su lema, Custos Caelorum.

Tras el final de la Guerra de Corea, el escuadrón permaneció en Extremo Oriente hasta 1956. De vuelta a Estados Unidos, comenzó a volar con el FJ-3 Fury, un caza a reacción, antes de convertirse a su primer caza supersónico, el F-8U "Crusader". A principios de 1962, fue el primer escuadrón de F-8 de los Marines en desplegarse a bordo de un portaaviones, como parte del CVW-10 (Carrier Air Wing) a bordo del USS Shangri-La. Durante su despliegue en el Mar Mediterráneo, el escuadrón batió el récord de tiempo de vuelo en un mes para un escuadrón de F-8 con base en la Sexta Flota, con más de 500 horas de vuelo. En 1964, los Thunderbolts fueron el primer escuadrón de Marines de la 2ª Ala de Aviación de Marines en pasar al F-4B "Phantom II", que volarían durante 21 años y 80.000 horas de vuelo, hasta pasar al F/A-18 "Hornet" en 1987.

Estos despliegues y ejercicios, aunque no "en guerra", no estuvieron exentos de peligros. Los Thunderbolts perdieron mucho personal y aviones, pero perseveraron mientras las fuerzas armadas de las naciones amantes de la libertad se enfrentaban a la amenaza constante del comunismo durante más de cuatro décadas. Recopilado a partir de archivos y entrevistas realizadas por un veterano de la VMFA-251, este relato narra cómo los Thunderbolts trabajaron duro para mantener la paz. Fueron, sin duda, los Custodios del Cielo.