Manejar con cuidado: Cómo Jesús redime el poder del tacto en la vida y en el ministerio

Opiniones de los lectores

El libro «Handle With Care» de Lore Ferguson Wilbert profundiza en el tema del tacto desde una perspectiva bíblica, explorando su importancia en las relaciones humanas y haciendo hincapié en una comprensión compasiva de cómo Jesús practicó y enseñó sobre el tacto. La autora anima a los lectores a replantearse su forma de entender el tacto y el papel que desempeña en sus vidas.

El libro está bien escrito, invita a la reflexión y ofrece un enfoque compasivo de un tema delicado. Muchos lectores lo encontraron transformador y esencial, destacando su equilibrio entre narración personal, referencias bíblicas y examen de las normas culturales relativas al tacto. El estilo de escritura es atractivo y anima a una reflexión profunda sobre el ministerio del tacto. La autora habla con franqueza de sus propias experiencias, al tiempo que invita a los lectores a considerar cómo el tacto puede fomentar la sanación y la conexión.

Algunos lectores opinaron que el libro carecía de un apoyo académico riguroso, y se mostraron preocupados por la fiabilidad de las fuentes utilizadas para fundamentar las afirmaciones. También se criticó la ausencia de orientaciones prácticas sobre el tema del tacto. Algunas reseñas señalan que el libro podría no ser adecuado para lectores que busquen una exploración más estructurada del tema.

(basado en 185 opiniones de lectores)

Título original:

Handle with Care: How Jesus Redeems the Power of Touch in Life and Ministry

Contenido del libro:

Ya se trate de los temerosos abrazos por un lado o de los abusos sexuales por otro, tanto la cultura como la Iglesia no llevan muy bien lo de las caricias. Los solteros permanecen solteros más tiempo, las citas están llenas de angustia por la pureza y los matrimonios luchan por no interpretar todas las formas de contacto como sexuales. Incluso la Biblia parece tener un sinfín de normas sobre no tocar las cosas. No hay lugar en el que el tacto no parezca una amenaza.

Pero ocurre algo curioso cuando Jesús entra en su ministerio: Él toca. Jesús toca a los enfermos y a los marginados, a los que sangran y a los impuros.

¿Qué podría significar para las familias, los solteros, los matrimonios, las iglesias, las comunidades y el mundo tener un tacto sano, puro, fiel y ministrador? En algún lugar del desorden de nuestras suposiciones y temores sobre el tacto, hay algo hermoso, bueno y dado por Dios. Como Jesús puede mostrarnos, hay un ministerio en el tacto.