Lucky Dogs: de Bourbon Street a Pekín y más allá

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Título original:

Lucky Dogs: From Bourbon Street to Beijing and Beyond

Contenido del libro:

Cuando paseas por el Barrio Francés y ves a un vendedor de Lucky Dog montar ese colorido carrito y llamar a voces para atraer a los clientes, ¿no te preguntas cómo funciona un negocio así? Como decía una crítica en Rolling Stone: "A la gente siempre le ha encantado el carrito y ha albergado una misteriosa necesidad de montarse en él". Se sabe de juerguistas que se suben a los carritos rodantes y gritan 'Yippee kaya' mientras los vendedores los empujan estoicamente de vuelta al establo a las 4 de la mañana". Desde 1947, los carritos rojos y amarillos anuncian buena suerte y sustento.

Jerry E. Strahan narra las alocadas aventuras de los vendedores de salchichas de Bourbon Street, pero también lleva a los lectores mucho más allá de Nueva Orleans. De hecho, les lleva al otro lado del mundo, donde este singular negocio de carritos se abrió camino a través de los trámites burocráticos de un país comunista para convertirse en una empresa autorizada en la República Popular China.

En China, Strahan no tardó en darse cuenta de dos cosas. En primer lugar, el 99% de la población china no tenía ni idea de lo que representaba un carrito de Lucky Dog. Un anciano transeúnte dijo que era un misil. En segundo lugar, el éxito o el fracaso de cualquier empresa conjunta en el país asiático es directamente proporcional a la influencia política del socio local de la empresa.

Lucky Dogs también relata cómo el negocio y sus vendedores sobrevivieron al huracán Katrina. Milagrosamente, reabrió sólo seis meses después de la tormenta en una ciudad donde más del 80% de la masa terrestre había quedado inundada y donde menos del 40% de la población había regresado. Para restablecerse en lo que muchos calificaron de condiciones tercermundistas, la empresa tuvo que transformar su funcionamiento.

Esta obra mezcla historia empresarial, autobiografía, historia de supervivencia y una mirada desde dentro a las extrañas vidas de algunos de los personajes más estrafalarios de Bourbon Street: los intrépidos vendedores de Lucky Dog. Humorística y trágica a la vez, aunque pueda parecer ficción, es, para bien o para mal, pura realidad.