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A Aquiles le encantaba jugar al héroe...
Ser un simple hombre nunca había sido suficiente para él. Quería ser uno grande. Y cuando se entera de que Helena, su mejor amiga de la infancia, ha desaparecido, aceptar la misión es instintivo. Aunque eso significara regresar al lugar donde nació y creció, un lugar al que juró no volver jamás: Heraclion. Pero no va a ningún lado sin Patroclo.
Patroclus amaba serlo...
Pero ser un héroe no se parecía en nada a jugar a serlo. Era una secuencia sin sentido de victorias pírricas que cargaría para siempre. Sin embargo, cuando Aquiles le pide que regrese a Heraclion y a la arena de la que se había visto obligado a salir, él dice que sí porque... bueno, por supuesto que sí. Seguiría a Aquiles a cualquier parte.
Sin embargo, ambos habían dejado más de sí mismos en la famosa arena de Heraklion de lo que habían tomado. Así que regresar no requeriría héroes sino algo más, algo peor, especialmente cuando Helena no es la única que necesita ser rescatada. Ambos deben determinar no sólo lo que significa ser un hombre, sino lo que significa ser uno bueno.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)