Puntuación:
El libro es una contribución significativa a los estudios sobre videojuegos, ya que ofrece un análisis claro y perspicaz de los temas queer en los videojuegos. Aunque alabado por su claridad y profundidad, algunas reseñas lo critican por su sesgo percibido y la imposición de valores modernos en el análisis de los juegos.
Ventajas:⬤ Contribución esencial al campo de los estudios sobre juegos
⬤ ofrece nuevos marcos y ejemplos concretos para analizar juegos
⬤ escritura clara y directa
⬤ adecuado tanto para la investigación como para la enseñanza
⬤ análisis convincente de temas queer en los juegos.
⬤ Acusado de presentar propaganda artificiosa
⬤ críticas por aplicar retroactivamente valores modernos a los videojuegos
⬤ algunos lo ven como una imposición de la sexualidad a los juegos no queer
⬤ reacciones negativas a la percibida 'propaganda homo'.
(basado en 4 opiniones de lectores)
Video Games Have Always Been Queer
Defiende el potencial queer de los videojuegos.
Mientras que los debates populares sobre la homosexualidad en los videojuegos se centran a menudo en los grandes juegos que incluyen personajes LGBTQ, como Mass Effect o Dragon Age, Bonnie Ruberg lleva el concepto de homosexualidad en los juegos más allá de una cuestión de representación, explorando cómo los videojuegos pueden ser jugados, interpretados y diseñados de forma homosexual, incluyan o no contenido abiertamente LGBTQ. Video Games Have Always Been Queer sostiene que el propio medio de los videojuegos puede -y debe- leerse de forma queer.
En el primer libro dedicado a tender puentes entre los estudios sobre videojuegos y la teoría queer, Ruberg se resiste a la narrativa común y reductora de que los juegos sólo ahora se están volviendo más diversos. Revelando lo que la lectura de D. A. Miller puede aportar al popular videojuego de 2007 Portal, o lo que Eve Sedgwick ofrece a Pong, Ruberg modela las formas en que los mundos de juego ofrecen a los jugadores la oportunidad de explorar la experiencia, el afecto y el deseo queer. Mientras los jugadores intentan "pasar" en Octodad o exploran el placer del fracaso en Burnout: Revenge, Ruberg afirma que, incluso dentro de una cultura del videojuego dominante que ha demostrado ser abiertamente hostil a quienes se perciben como diferentes, las personas queer siempre han pertenecido a los videojuegos, porque los videojuegos, de hecho, siempre han sido queer.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)