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The Last Shall Be the First: The East European Financial Crisis
Este libro aborda la crisis financiera de Europa del Este que estalló en el otoño de 2008 y remitió en la primavera de 2010. Se centra en los diez nuevos miembros orientales de la Unión Europea. Las causas de la crisis no plantearon ningún misterio. Se trataba de un típico ciclo de auge y caída impulsado por el crédito que provocó déficits por cuenta corriente excesivos. Cuando la liquidez mundial se secó, las sobrecalentadas economías de Europa del Este se enfrentaron a un repentino cese de las entradas financieras. Lo notable es lo bien que estos países han salido de la crisis.
Los países más afectados -Letonia, Lituania y Estonia- se negaron a devaluar sus monedas y, en su lugar, llevaron a cabo devaluaciones internas, recortando con éxito los salarios y el gasto públicos. Rápidamente convirtieron los grandes déficits por cuenta corriente en superávits sustanciales y redujeron al mínimo su inflación. La economía política de la resolución de la crisis ha sido igualmente sorprendente. La opinión pública aceptó importantes dificultades con mínimas protestas. Los fragmentados parlamentos proporcionales de Europa del Este permitieron cambiar rápidamente de gobierno cuando los titulares se quedaron cortos. Los inestables gobiernos de coalición demostraron ser eminentemente capaces de aplicar políticas anticrisis decididas. Llevaron a cabo una impresionante reducción fiscal sin que se produjera ninguna reacción pública contra el capitalismo o la globalización. Las economías de Europa del Este han salido más esbeltas y eficientes.
El Fondo Monetario Internacional destaca como el gran vencedor en la escena internacional, al haber resucitado el viejo consenso de Washington de unas cuantas condiciones financieras rudimentarias, como una política de tipos de cambio sostenible y una política fiscal y monetaria razonable, al tiempo que permitía a los países bien gobernados mayores déficits públicos durante la crisis y les ofrecía mucha más financiación. La Comisión Europea entabló una fructífera asociación con el FMI, permitiendo que éste asumiera el liderazgo, al tiempo que proporcionaba una financiación sustancial. La gran decepción de la crisis financiera de Europa del Este ha sido el Banco Central Europeo, que debe reconsiderar sus políticas fuera de la eurozona para ser más proactivo.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)