Los últimos judíos de Bagdad: El recuerdo de una patria perdida

Opiniones de los lectores

El libro «Los últimos judíos de Bagdad», de Nissim Rejwan, ofrece unas cautivadoras memorias de la comunidad judía iraquí, que exploran la rica historia, cultura y experiencias personales del autor al reflexionar sobre su vida en Bagdad antes de emigrar a Israel. La narración combina el contexto histórico con anécdotas personales, revelando las luchas y alegrías de una comunidad en gran parte desaparecida.

Una narración atractiva y divertida, rica en detalles históricos, ofrece una visión de la comunidad judía de Irak, evoca la nostalgia con vívidas descripciones de la comida y la cultura, y llena un vacío en la literatura sobre este tema. Presenta una sentida reminiscencia de la vida en el Bagdad de principios del siglo XX.

La narración carece a veces de coherencia, con algunas digresiones que pueden confundir al lector. Hay casos de relaciones familiares poco claras y discrepancias en los detalles, que pueden interrumpir la fluidez. Algunos contextos culturales no se explican adecuadamente, y la formación académica del autor se presenta de forma inconexa.

(basado en 3 opiniones de lectores)

Título original:

The Last Jews in Baghdad: Remembering a Lost Homeland

Contenido del libro:

Érase una vez una floreciente comunidad judía en Bagdad. Más de un tercio de los habitantes de la ciudad eran judíos, y las costumbres y fiestas judías contribuían a marcar la pauta de la vida cultural y comercial de Bagdad.

En las calles de la ciudad y en los bazares, judíos, musulmanes y cristianos -todos ellos iraquíes de nacimiento- se mezclaban, hablaban prácticamente el mismo árabe coloquial y compartían un sentimiento común de identidad nacional. Y entonces, casi de la noche a la mañana, nació el Estado de Israel y se trazaron las líneas divisorias entre judíos y árabes. En los dos años siguientes, casi toda la población judía de Bagdad huyó de su patria iraquí para no volver jamás.

En estas memorias bellamente escritas, Nissim Rejwan recuerda la comunidad judía perdida de Bagdad, en la que fue niño y joven entre los años 1920 y 1951. Describe con todo lujo de detalles cómo creció en el seno de una familia de clase media humilde, cómo trató con vecinos y caseros variopintos, cómo se las tuvo que ver en las escuelas locales y cómo descubrió finalmente los placeres de la autoeducación y el despertar sexual.

Rejwan entrelaza su historia personal con la del renacimiento cultural que estaba floreciendo en Bagdad durante los años de su juventud, describiendo cómo su trabajo como gerente de una librería y como redactor del Iraq Times le granjeó la amistad de muchas de las principales figuras intelectuales y literarias del país. Remata su relato recordando cómo las convulsiones políticas y culturales que acompañaron a la fundación de Israel, así como los amplios indicios enviados por los primeros llegados al nuevo Estado, le dejaron una profunda ambivalencia al despedirse por última vez de una patria que se había vuelto hostil a sus judíos nativos.