Los muertos benéficos de Israel: Culto a los antepasados y necromancia en la religión y tradición israelitas antiguas

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Título original:

Israel's Beneficent Dead: Ancestor Cult and Necromancy in Ancient Israelite Religion and Tradition

Contenido del libro:

¿Realizaban los antiguos israelitas rituales expresivos de la creencia en el poder sobrenaturalbeneficioso de los muertos? En contra de las nociones largamente sostenidas sobre la sociedad primitiva y el origen euhemerístico de lo divino, diversos factores indican que el culto a los antepasados, es decir, la veneración o adoración de los antepasados, no se observaba en el Levante de la Edad de Hierro. Los israelitas no adoptaron un antiguo culto cananeo a los antepasados que se convirtió en objeto de escarnio bíblico.

Sin embargo, en la sociedad levantina se realizaban diversos rituales y cultos mortuorios; ritos de duelo y funerarios y rituales a más largo plazo, como el cuidado de los muertos y la conmemoración. Los rituales y monumentos en los lugares de enterramiento, y especialmente la recitación del nombre del difunto, relataban la vida de éste a los supervivientes de la familia. También cumplían funciones sociales más amplias, como legitimar la primogenitura y reforzar la colectividad social de una comunidad.

Otro complejo ritual del ámbito de la adivinación, a saber, la nigromancia, podría haber expresado los poderes benéficos de los muertos israelitas. Sin embargo, ¿era este poder de revelar conocimientos el de los muertos o era un poder transmitido a través de los muertos, pero que seguía siendo atribuible a otro ser supranatural de origen no humano? Los nigromantes asirios contemporáneos utilizaban al fantasma como un conducto a través del cual se revelaba el conocimiento divino para averiguar el futuro, y así el rey de Judá, Manasés, leal vasallo asirio, emuló estas nuevas formas imperiales asirias de pronóstico.

Como estrategia retórica deslegitimadora, la nigromancia se integró entonces en las tradiciones bíblicas sobre el pasado más lejano y se le atribuyeron orígenes cananeos ficticios (Dt 18). En su contexto literario final, la nigromancia fue descrita como el talón de Aquiles de la primera dinastía real de la nación, la de los Saúlidas (1 Sam 28), y, lo que es más revelador, de la segunda, la de los Davididas (2 Re 21:6; 23:24).