The Lapsed / The Unity of the Catholic Church
2022 Reimpresión de la edición de 1957. Facsímil exacto de la edición original y no reproducido con software de reconocimiento óptico.
Cipriano fue un orador público y maestro pagano de Cartago, en el norte de África, que se convirtió al cristianismo hacia el año 246 d.C.. Inmediatamente se puso a estudiar las Escrituras y los escritos del primer gran teólogo latino del norte de África, Tertuliano. San Cipriano creció tan rápidamente en santidad y conocimiento de la fe que fue nombrado obispo de Cartago sólo dos años después.
A los pocos meses de su elección al episcopado, estalló la persecución de Decio y Cipriano se vio obligado a huir de su sede. A su regreso, se dedicó a tratar el problema de la reconciliación, tras la penitencia adecuada, de los que se doblegaban ante la presión y claudicaban en su fe. Tras unos años de paz, comenzó la persecución del emperador Valeriano.
Cipriano se entregó y fue martirizado en Cartago el 14 de septiembre de 258. Los escritos de San Cipriano que se conservan son principalmente cartas y tratados breves. Entre ellos destaca De Catholicae Ecclesiae Unitatis (251) sobre la Unidad de la Iglesia católica y la importancia del episcopado como salvaguardia de esta unidad.
Los escritos de san Cipriano retratan vívidamente la vida de la Iglesia cristiana a mediados del siglo III. Los dos discursos pastorales de este obispo intensamente devoto revelan las secuelas de la persecución del emperador Decio.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)