Los enemigos de Canadá: espías y espionaje en el Reino de la Paz

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Título original:

Canada's Enemies: Spies and Spying in the Peaceable Kingdom

Contenido del libro:

En 1898, espías españoles con base en Montreal, Halifax y Victoria vigilaban el esfuerzo bélico de Estados Unidos contra su patria, mientras que funcionarios de contrainteligencia estadounidenses vigilaban a los españoles. Ni los estadounidenses ni los españoles pidieron permiso a Canadá para estas actividades.

Los enemigos de Gran Bretaña (y a menudo los enemigos de Estados Unidos) también han sido enemigos de Canadá. Sin la heroica contrainteligencia del misterioso Agente X, los irlandeses-estadounidenses de principios de siglo podrían haber volado la asamblea legislativa de la Columbia Británica y la base naval de Esquimalt del mismo modo que volaron el Canal Welland.

Durante la Primera Guerra Mundial, la contrainteligencia no pudo detener a los agentes alemanes que bombardearon la zona de Windsor-Walkerville ni el puente CPR en la frontera entre Maine y Nuevo Brunswick. Mientras tanto, los funcionarios de seguridad canadienses corrían de un lado a otro en un estado de frenética frustración debido a las "conspiraciones" alemanas a lo largo de la frontera entre Ontario y el estado de Nueva York imaginadas por sir Courtney bennett, cónsul general británico en la ciudad de Nueva york. Después de la guerra, topos estadounidenses en una oficina de correos letona controlaban el correo entre los comunistas canadienses y Moscú.

En los años treinta, un clérigo finlandés-canadiense espiaba a los finlandeses rojos de Sudbury para el consulado de Estados Unidos enNorth Bay, y los cónsules de Hitler vigilaban a los políticos canadienses y a los disidentes alemanes en Canadá. Durante la Segunda Guerra Mundial, las autoridades canadienses interceptaron el correo de enviados de la Francia de Vichy, sospechosos de espiar para Alemania, y de la España de Franco, sospechosos de espiar para Japón.

En los años 60, la CIA no sólo observó a los cubanos en Canadá, sino que también vigiló la situación en Quebec y utilizó a un diplomático canadiense para recabar información sobre Vietnam del Norte.

Parte de esta historia se ha fusionado a partir de documentos anteriormente ignorados y recientemente desclasificados de archivos europeos, estadounidenses y canadienses. Estos detalles recién revelados demuestran que Canadá es un lugar interesante, tanto por lo que los canadienses hacen en otros lugares como por lo que los extranjeros hacen en Canadá. Además, una vez que los lectores hayan visto el tipo de actividades en las que se involucran los amigos, puede que se sorprendan menos de lo que han hecho los enemigos.