Los asesinos de Brookwood: Los asesinos militares de la Segunda Guerra Mundial

Título original:

The Brookwood Killers: Military Murderers of WWII

Contenido del libro:

Enclavado en lo más profundo de la campiña de Surrey se alza el Monumento Conmemorativo de Brookwood 1939-1945. Mantenido por la Comisión de Tumbas de Guerra de la Commonwealth, sus paneles contienen los nombres de casi 3.500 hombres y mujeres de las fuerzas terrestres de Gran Bretaña y la Commonwealth que murieron en la Segunda Guerra Mundial y que no tienen tumba conocida.

Entre los hombres y mujeres cuyos nombres están esculpidos en el monumento se encuentran agentes del Ejecutivo de Operaciones Especiales que murieron como prisioneros o mientras trabajaban con movimientos clandestinos aliados, militares muertos en las diversas incursiones en territorios ocupados por el enemigo en Europa, como Dieppe y Saint-Nazaire, hombres y mujeres que murieron en el mar en buques hospitales y transportes de tropas, paracaidistas del Ejército británico, e incluso pilotos y tripulaciones aéreas que perdieron la vida en accidentes de vuelo o en combates aéreos.

Pero los paneles también esconden un oscuro secreto. Entre los nombres de héroes y heroínas se encuentran los de diecinueve hombres cuyo último lugar de descanso se conoce, y cuyas muertes fueron menos que gloriosas. Todos eran asesinos que, tras un juicio civil o militar, fueron ejecutados por el atroz delito que habían cometido. Los cuerpos de estos individuos, con la excepción de uno, yacían enterrados en tierra no consagrada.

Como revela Paul Johnson, los casos de los "asesinos de Brookwood" son violentos, inquietantes y a menudo brutales en su contenido. No son crímenes de guerra, sino crímenes cometidos en tiempos de guerra, por los que el delincuente tiene su nombre registrado y mantenido a perpetuidad. Algo que no siempre se aplica en el caso de la víctima.