Los anónimos de 1007 y la soberanía papal: Percepciones judías del papado y la política papal en la Alta Edad Media / Hebrew Union College Annual Supp

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Título original:

The 1007 Anonymous and Papal Sovereignty: Jewish Perceptions of the Papacy and Papal Policy in the High Middle Ages / Hebrew Union College Annual Supp

Contenido del libro:

La política papal hacia los judíos en la Edad Media se ha entendido durante mucho tiempo como una función de protección. O bien el papado actuaba como principal protector de los judíos, o bien quería expulsar a los judíos de Europa Occidental, o bien originalmente quería proteger a los judíos pero permitió que la presión de fuentes externas le llevara a una política de represión.

Kenneth R. Stow demuestra que estas opiniones son el resultado de una interpretación errónea de las fórmulas habituales que se encuentran en las cláusulas preliminares de las cartas papales. Cuando se tienen en cuenta las discusiones sobre los judíos, queda claro que la política papal era mucho más elaborada y compleja, y que buscaba definir plenamente el papel de los judíos dentro de una sociedad cristiana ideal y pura. Las fuentes de Stow incluyen a Meir ben Simeon de Narbona (finales del siglo XIII) y la narración anónima de "El terrible suceso de 1007". Muchos judíos veían continuidades que vinculaban los principios de la teoría papal con los que regían la política papal sobre los judíos. A diferencia de tantos reyes que habían tomado decisiones arbitrarias contra los judíos, los papas demostraban ser coherentes en la aplicación de sus políticas establecidas, buenas y malas. Debido a esta cualidad, los pensadores judíos abogaban por la adquisición del apoyo papal.

La autoridad de los cánones papales fue finalmente cuestionada y la política papal que ordenaba un papel específico para los judíos en la sociedad cristiana acabó fracasando. En contra de todo lo que dijeron y escribieron los papas y hombres como Agustín y Bernardo de Claraval, los judíos fueron expulsados parcial o totalmente de toda Europa occidental. Finalmente, los propios papas abandonaron su ideal del debido proceso legal y sucumbieron al realismo político.