Los albores de la aviación: El papel fundamental de la gente y los lugares de Sussex en el desarrollo del vuelo

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Título original:

The Dawn of Aviation: The Pivotal Role of Sussex People and Places in the Development of Flight

Contenido del libro:

El aeropuerto de Shoreham, fundado en 1910, es el más antiguo del Reino Unido y el aeropuerto comercial más antiguo del mundo. Sin embargo, la aviación empezó en Sussex mucho antes, con globos que aterrizaron en Kingsfold, cerca de Horsham, en 1785.

Estas primeras actividades atrajeron mucha atención, y unas 30.000 personas se reunieron en Black Rock (Brighton), así como en las colinas circundantes, para presenciar el primer ascenso en globo desde la ciudad en julio de 1821, utilizando gas de hulla de la recién inaugurada fábrica de gas. El globero Charles Green fue inmortalizado más tarde por Charles Dickens en su obra Sketches By Boz.

Los militares no tardaron en apreciar los beneficios potenciales de la observación aérea y en 1880 se desplegaron globos por primera vez en la revista anual de voluntarios de Brighton. A menudo las condiciones de viento no eran favorables para los globos, lo que llevó al ejército a considerar el empleo de cometas y en junio de 1903 se celebró una competición internacional en South Downs, cerca de Findon, para comprobar si las cometas podían elevar a un hombre en el aire. Aunque se comprobó que era posible, resultó ser una experiencia aterradora para los desafortunados pilotos.

Antes de que el vuelo a motor se hiciera realidad, los planeadores fueron las primeras máquinas más pesadas que el aire en surcar los cielos. En 1902, José Weiss comenzó a lanzar planeadores no tripulados desde una rampa en Houghton Hill, cerca de Amberley, que volaban hasta tres kilómetros. Pero pronto el motor de combustión interna hizo realidad el vuelo controlado y, el 7 de noviembre de 1908, Alec Ogilvie hizo volar un biplano de los hermanos Wright por la costa de Camber.

Cuando estalló la guerra en 1914, los habitantes de Sussex ya habían asistido a la carrera aérea de Brooklands a Brighton y a la creación de escuelas de vuelo en Shoreham y Eastbourne. Tras el armisticio, la aviación empezó a ser cada vez más cara y a estar cada vez más regulada. Los días felices de los aficionados que surcaban los cielos en aparatos sin probar llegaban a su fin.