Lo único que quiero es un trabajo Mujeres desempleadas en el sistema público de empleo

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Título original:

All I Want Is a Job!: Unemployed Women Navigating the Public Workforce System

Contenido del libro:

En All I Want Is a Job, Mary Gatta pone rostro humano a la política de desarrollo de la mano de obra. Gatta, socióloga etnógrafa, fue de incógnito y se hizo pasar por clienta de un centro One-Stop Career Center de Nueva Jersey. Los centros One-Stop, creados en el marco de la ley federal Workforce Investment Act, se supone que son el recurso al que acuden los desempleados en su camino hacia el reempleo. Pero, ¿funcionan bien estos centros? Con los enjambres de nuevos clientes que entran por sus puertas, ¿están preparados para la tarea de emparejar la mano de obra de Estados Unidos con nuevos puestos de trabajo?

Entretejiendo su propio relato con entrevistas a mujeres desempleadas y a trabajadores sociales, Gatta ofrece una visión reveladora de los estragos que causa el desempleo y de las realidades de la política social. Las mujeres, con o sin formación, son especialmente vulnerables en la economía actual. Como suelen cobrar menos que sus homólogos masculinos, la seguridad económica les resulta aún más difícil de alcanzar. Además, las mujeres se ven más fácilmente abocadas a trabajos disponibles y mal remunerados en sectores como el comercio minorista o los servicios de alimentación.

Originalmente diseñado para emparejar a los trabajadores listos para el empleo con las vacantes disponibles, el sistema actual está mal adaptado para diversos clientes que buscan un empleo remunerado. Incluso si los One-Stops estuvieran mejor adaptados a las necesidades de estos trabajadores, los buenos empleos escasean tras la Gran Recesión. A pesar de estos escollos, Gatta vio esperanza y un sentido de empoderamiento en los clientes que obtuvieron asesoramiento profesional intensivo, nuevos empleos y apoyo social.

Recopilando historias de primera línea, pone de relieve las promesas y los puntos débiles de los One-Stop Career Centers y recomienda cambios clave en la política laboral. Estados Unidos merece un sistema menos discriminatorio, más humano y más capaz de ayudar a las mujeres y sus familias en particular. Tanto los empleados como los desempleados estarían mejor atendidos por un sistema de este tipo, que contribuiría significativamente a nuestra recuperación económica y a la prosperidad futura.