Puntuación:
El libro analiza la situación lingüística en Canadá, en particular la dinámica entre el inglés y el francés. Es elogiado por su perspectiva equilibrada y su contenido informativo, aunque también criticado por descuidar los derechos de las lenguas indígenas y basarse en pruebas anecdóticas en lugar de en una investigación académica rigurosa.
Ventajas:Bien escrito, informativo, trata de forma equilibrada la situación del inglés frente al francés, incluye historia reciente, anécdotas interesantes y entrevistas, y es adecuado tanto para canadienses como para extranjeros.
Desventajas:Descuida los derechos de las lenguas indígenas, carece de una erudición académica rigurosa, presenta conclusiones engañosas basadas en pruebas científicas, se basa más en la opinión personal que en una investigación exhaustiva.
(basado en 3 opiniones de lectores)
Sorry, I Don't Speak French: Confronting the Canadian Crisis That Won't Go Away
Ante la amenaza de un nuevo referéndum sobre la independencia de Quebec, este libro es importante para todos los canadienses, sobre todo porque la lengua sigue siendo a la vez una barrera y un puente en nuestro dividido país.
La política lingüística de Canadá es la única conexión entre dos sociedades mayoritariamente monolingües: el Canadá anglófono y el Quebec francófono. El éxito del país para permanecer unido depende de que funcione.
¿Está funcionando bien? Graham Fraser, un canadiense anglófono que se hizo bilingüe, decidió analizar la situación con lucidez. Los resultados son sorprendentes: una mezcla de buenas y malas noticias. La Ley de Lenguas Oficiales se aprobó con el apoyo de todos los partidos de la Cámara en 1969, pero la política lingüística de Canadá sigue siendo un tema controvertido y candente; están en juego puestos de trabajo, ideales y, en última instancia, el país. Y el mito de que todo fue siempre un complot para que los francófonos consiguieran altos cargos sigue vivo.
Graham Fraser examina las intenciones, las esperanzas, los temores, los antecedentes, los mitos y la inesperada realidad de un país que sigue lidiando con el reto lingüístico que ha marcado su historia. Encuentra una paradoja: después de dejar que los abogados de Quebec dirijan el país durante tres décadas, los canadienses siguen esperando que la próxima generación sea bilingüe - pero cuarenta años después de saber que el país se enfrentaba a una crisis lingüística, las universidades de Canadá siguen tratando el francés como una lengua extranjera. El autor describe el impacto de la lengua en la política y el gobierno (por no hablar de la vida social en Montreal y Ottawa) en un libro contundente del que se hablará en todas partes, incluidos los titulares en ambos idiomas.
De la edición en tapa dura.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)