Puntuación:
El libro ofrece un análisis exhaustivo del juicio de Lizzie Borden, entrelazando el contexto histórico con un enfoque en cuestiones de clase, etnia y género. Aunque muchos críticos elogiaron su detallada investigación y su atractivo estilo narrativo, algunos lo criticaron por su parcialidad y sus inexactitudes fácticas.
Ventajas:Bien documentado y atractivo, el libro ofrece nuevas perspectivas sobre el caso de Lizzie Borden y su contexto histórico. Los críticos apreciaron el dominio del material por parte de Conforti, su capacidad para abordar temas complejos y la accesibilidad del libro para los lectores en general. Ha sido descrito como fascinante, apasionante y una lectura convincente que arroja luz sobre aspectos del caso que habían pasado desapercibidos.
Desventajas:Los críticos señalaron problemas como la repetición, la parcialidad y la inexactitud de los hechos y las citas. Algunos opinaron que el autor presentaba teorías sin fundamento como hechos, lo que restaba credibilidad al conjunto. También hubo comentarios sobre la falta de ayudas visuales y descripciones confusas de los escenarios, lo que llevó a la percepción de que parte del contenido era un refrito de material ya existente.
(basado en 18 opiniones de lectores)
Lizzie Borden on Trial: Murder, Ethnicity, and Gender
La mayoría de la gente probablemente podría decir que Lizzie Borden "cogió un hacha y le dio a su madre cuarenta golpes", pero pocos podrían decir que, cuando fue juzgada, Lizzie Borden fue absuelta, y menos aún, por qué. En la absorbente narración de Joseph A. Conforti, el caso de Lizzie Borden, sensacional en sí mismo, abre también una ventana a una época y un lugar de la historia y la cultura de Estados Unidos.
Sorprendente por lo mucho que revela sobre una leyenda tan ostensiblemente familiar, el relato de Conforti es también fascinante por lo que nos dice sobre el mundo que habitó Lizzie Borden. A medida que Conforti -natural de Fall River, el lugar de los infames asesinatos- nos presenta a Lizzie, a su padre y a su madrastra, nos muestra por qué lo que eran importa casi tanto para el resultado del juicio como los hechos reales del 4 de agosto de 1892. Lizzie, por ejemplo, era una mujer soltera de cierto privilegio, una prominente religiosa que encajaba en el perfil de lo que algunos caracterizaron como una "monja protestante". También formaba parte de una clase de mujeres adineradas que surgieron a finales del siglo XIX y que tenían medios pero no se casaban, optando en su lugar por realizar buenas obras y, en ocasiones, carreras en profesiones asistenciales. A muchos de sus contemporáneos, sobre todo a los de su clase, les resultaba imposible creer que una mujer de su origen pudiera cometer un asesinato tan espantoso.
A medida que relata los detalles, conocidos y presuntos, del asesinato y el posterior juicio, Conforti también va completando ese trasfondo. Su vívido relato crea una imagen completa del Fall River de la época, cuando familias yanquis como los Borden, enriquecidas gracias a las fábricas textiles, empezaron a sentir las presiones económicas y culturales de la numerosa población de nativos y extranjeros que trabajaban en los husos y las bobinas. Conforti sitúa el austero hogar de Lizzie, en un difícil equilibrio entre acomodados y pobres, dentro de este entorno social y cultural, sentando las bases para el asesinato y el juicio, así como para la reacción desproporcionada que reverbera hasta nuestros días. Como señala Peter C. Hoffer en su prefacio, hay muchos relatos populares y ficticios de este caso aún controvertido, "pero ninguno tan legible ni tan equilibrado como éste".
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)