Liderazgo comprometido: Un método para vincular la ética profesional y los comportamientos en el campo de batalla

Título original:

Engaged Leadership: A Method for Linking the Professional Ethic and Battlefield Behaviors

Contenido del libro:

Ganador del primer premio del Concurso MacArthur de Redacción sobre Liderazgo Militar para la promoción 2011-01 del CGSC. El comportamiento ético de los soldados en el campo de batalla es primordial, especialmente en las operaciones de contrainsurgencia y estabilidad, donde el apoyo de la población local es vital para el éxito de la misión.

A pesar de su rareza, unos pocos errores éticos de los soldados que sirven en los escalones tácticos más bajos pueden ser perjudiciales para la misión estratégica. Seguimos viendo cómo un incidente protagonizado por un soldado o un pequeño grupo de soldados puede echar por tierra el éxito de toda una unidad, incluso de una coalición. Esto saltó a la palestra durante la guerra de Irak con los sucesos de Abu Ghraib y Haditha.

Recientemente, se informó de sucesos similares en Afganistán, con cinco miembros de una brigada Stryker del Ejército acusados del asesinato premeditado de tres civiles afganos. Estos sucesos resucitaron los recuerdos de Vietnam, donde la mala conducta de los soldados se consideraba más frecuente, marcada no sólo por sucesos importantes como la masacre de My Lai, sino por el frecuente consumo de drogas, la fragmentación de los líderes de las unidades y el mal trato a los no combatientes.

Los sucesos de Irak reavivaron repentinamente el debate sobre la ética profesional de nuestros soldados, poniendo en tela de juicio si estos sucesos representaban incidentes aislados o un problema de cultura ética en nuestras actuales fuerzas armadas. Un problema cultural podría indicar un fracaso de las iniciativas introducidas después de Vietnam para ayudar a contrarrestar los problemas del "Ejército Hueco", incluyendo la extensión del estatus profesional a los suboficiales y la institución de los Valores del Ejército. A primera vista, estos hechos parecen representar unos pocos incidentes aislados.

Sin embargo, las condiciones actuales que existen en nuestro Ejército, incluidos los repetidos despliegues de combate, ofrecen oportunidades para que se produzcan futuras faltas. La prevención de faltas éticas ante estas condiciones requiere un cambio en la cultura de la unidad en la que los compañeros (soldados) se responsabilicen mutuamente de las normas adecuadas de conducta y actuación.