Lenin - Dios de los sin Dios

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Título original:

Lenin - God of the Godless

Contenido del libro:

1 EL DIOS DE LOS SIN DIOS Por FERDINAND A. OSSENDOWSKI Autor de quot Bestias, hombres y dioses, quot quot El fuego de la gente del postre quot quot Esclavos del sol, quot Etc. Traducido del polaco por GREGORY MACDONALD 1931 iE. P. DUTTON CO., INC New York IN GOD OP quot THE G quot OBLSS, COPYRIGHT BY. E. P. -DUTJON. St. CO INC. I TODOS LOS DERECHOS RESE V D MINTED IN u. s. A. LENIN DIOS DE LOS DIOSES LENIN DIOS DE LOS DIOSES CAPÍTULO I EL PEQUEÑO VLADIMIR ULYANOV estaba sentado muy quieto, pensaba plenamente observando los preparativos de su madre. La propia María Alejandrovna, pálida y sin ánimo, ayudaba a la criada a poner la mesa. Era sábado, cuando los amigos de su marido se reunían con ellos, y a ella le disgustaban cada vez más sus reuniones semanales. Sus hijos, excepto Vladimir, compartían sus sentimientos. Las niñas estaban arreglando el salón y comparando notas sobre los invitados de su padre. El mayor, como de costumbre, se había escabullido de la casa, maldiciéndolos por una banda de bandidos. Sólo Vladimir esperaba la noche con impaciencia. Por fin Ulianov entró en la habitación. Era un hombre canoso y ancho de hombros, con los estrechos ojos mongoles de su hijo menor, y sabía que parecía un hombre de sustancia con su levita azul oscuro con botones dorados, sobre todo cuando en la cinta roja y blanca de su pecho lucía la cruz de San Vladimir, que le confería una autoridad propia.

Se sentó en un sillón, preparó una mesita y dispuso las fichas de ajedrez para una partida con el doctor Titov. El doctor siempre cautivaba la imaginación de Vladimir. Al muchacho le hubiera gustado verlo nadar. Por muy profunda que fuera el agua, el hombre no se hundía. Se balanceaba como un flotador de pesca en la superficie. El doctor Titov era un hombre redondo y voluminoso. El padre no dijo nada a María Alejandrovna. Sabía muy bien que a ella no le gustaban sus invitados. Por otra parte, no quería estropear sus placeres con una pelea con su esposa. 4 LENIN Pero madame Ulyanova comenzó la conversación de inmediato. quotQuerida, quotdijo, quotlos dos estaríamos mejor si renunciaras a esos amigos tuyos. De qué te puede servir tener a ese cura borracho. El padre Makary, con su vieja sotana oxidada, o el doctor Titov, o el inspector de escuelas, Peter Petro vitch Shustov, ese viejo bastón que no sirve ni para Dios ni para el Diablo 5 Su marido se revolvió inquieto en la silla y empezó a secarse la frente sudorosa con un pañuelo rojo. quot Somos amigos desde hace mucho tiempo, quot murmuró. quot Ten en cuenta que tienen muy buenos contactos. Pueden ayudarle a uno en la vida. Los grandes de la tierra tienen oídos, ya sabes, y cuando mis amigos susurran una buena palabra sobre mí quot U Oh Señor quot gimió su mujer. quot Tú y tu buena palabra Me recuerdas a Tiapkin-Lapkin en El inspector de Gogol. Él también hacía eso.

Se cuidó de pedir al inspector que, cuando volviera a Petersburgo, dijera a los ministros dónde vivía Tiapkin-Lapkin quot Ella se echó a reír, en silencio y con amargura. quot Eso no es ningún tipo de comparación, querida, quot dijo él con todo reproche. quot Sí, lo es. Es exactamente lo mismo, quot replicó su mujer. quot Estás haciendo el ridículo, eso es todo. Por ejemplo, el doctor Dokhturov, o el maestro de escuela Nilov, o ese maravilloso monje, el predicador, el hermano Alexis, a quienes conocí en casa de Madame Vlasova. Merece la pena prestarles atención quotDios no lo quiera quotsise decir Ulianov. Había algo de miedo en su voz, y agitó las manos con impotencia. quot Esos tipos son peligrosos. Son, bueno... agitadores políticos. quotQuot Agitadores políticos quotpreguntó María Alexandrovna. quot¿Qué quiere decir con eso quotQuot Nada muy bueno, quotrespondió él en un susurro impresionante. quotEl comisario de policía me advirtió sobre ellos...