El vidrio islámico y su artesanía en la época medieval se conocen casi exclusivamente por la documentación del Próximo Oriente.
El estudio de las estructuras de los talleres y del riquísimo mobiliario de vidrio de Sabra al-Mansuriya (Kairuán), capital fatimí fundada en 947/948 y destruida en 1057, demuestra que Ifriqiya no se quedó atrás en el desarrollo de la fabricación de vidrio. El examen de los hornos y de los diversos objetos desenterrados revela la doble finalidad de una fábrica palaciega: producir vidrio y cerámica vidriada.
Este taller concreto, instalado en el ala de un palacio, producía tanto vasos comunes como otros más lujosos, algunos con formas específicas y otros que reproducían modelos conocidos en todo el mundo islámico. Estas producciones locales y las importaciones, distinguidas por el estudio morfológico y el análisis químico, constituyen la base de una primera tipología del vidrio utilizado en Ifriqiya en los siglos X-XI. También abunda el vidrio arquitectónico, en parte fabricado localmente.
Vidrio de diferentes colores, utilizado entero o en pequeños fragmentos, se utilizaba para decorar claraboyas de yeso muy caladas con diferentes recortes. Las ventanas y sus vidrieras presentaban una rica policromía y una compleja sintaxis decorativa, reflejo de un gran dominio técnico y del deseo de expresar el poder económico y político.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)