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Ir ne le cogió por los brazos y le besó tiernamente en la frente. Ambos eran de estatura superior a la media, de tez rosada, cabellos blancos y rostros casi bonitos.
Irene, que tenía una lánguida dulzura en sus ojos azules cuando quería, sabía el control absoluto que tenía sobre su marido. Si le aconsejaba que tuviera confianza en el futuro, y había llegado el momento de que tuvieran alguna prueba, no mentía...
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)