Las joyas de Trevaline

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Título original:

The Jewels of Trevaline

Contenido del libro:

En la primavera de 1820, el capitán Brandon Alexander Trevaline, veterano de Waterloo y último vástago de una antigua y distinguida familia, fue acusado de deshonrar a la esposa del terrateniente local. A pesar de sus firmes negaciones, nada menos que un duelo aliviaría el orgullo del terrateniente. En consecuencia, una mañana se organizó una reunión en las ruinas del castillo de Trevaline para resolver el asunto como lo hacían los caballeros.

Pero el terrateniente no estaba satisfecho con el resultado y se enfureció más allá de lo razonable. Apenas unos segundos después de demostrar su honor, Brandon Trevaline recibió un disparo por la espalda de su derrotado oponente. Sólo entonces se supo la verdad. El Escudero había asesinado a un hombre inocente. El último de un antiguo linaje había muerto sin descendencia y el patrimonio de los Trevaline había pasado a manos de un primo lejano, Martin Collins.

Pero en contra de todas sus expectativas, Martin Collins sólo heredó las tierras de Trevaline y una montaña de deudas. La fabulosa colección de joyas Trevaline, conservada por la familia desde la época de los Tudor, había desaparecido y se creía irremediablemente perdida. Aunque generaciones de Collinses las buscaron diligentemente, las joyas nunca se encontraron. Sólo el anillo que Brandon llevaba el día de su muerte permaneció en posesión de la familia.

Y en el pueblo cercano fue creciendo poco a poco la leyenda de que el fantasma de Brandon Trevaline aún recorría las ruinas donde había muerto.

Doscientos años después, Brett Saunders acude a la venerable mansión para una visita de una semana con su buena amiga Suzette, descendiente lejana de Martin Collins. La familia de Suzette la acoge calurosamente, en especial Andrew, el hermano de Suzette, que muestra un repentino interés por la amiga de su hermana pequeña.

Al día siguiente de su llegada a Trevaline, Brett hace una excursión en solitario para explorar las ruinas del viejo castillo. Impulsada por una caída de su caballo, se encuentra con el fantasma de Brandon y descubre que su historia dista mucho de haber terminado. Conocedora de la legendaria enemistad entre Trevaline y Collins, al principio se muestra preocupada por lo que ha despertado inadvertidamente, pero Brandon alivia sus temores.

Sin embargo, cuando esa misma noche se descubre que el anillo de rubí ha desaparecido, Brett empieza a sospechar de las buenas intenciones de su encantador fantasma.

Pero Brandon no es el ladrón y Brett no es inmune a su insolente encanto. A medida que ella y el fantasma se acercan en sus intentos de llegar al fondo del misterio, el padre de Suzette llama a Scotland Yard.

Y la maraña se hace más espesa.