The Fortunes of Everyman in Twentieth-Century German Drama: War, Death, Morality
La muerte llega a todo el mundo, y en la obra moral de finales de la Edad Media de Everyman, el esqueleto familiar obliga a la figura central universalizada a aceptarlo. Sólo sus recursos interiores, en forma de buenas acciones y conocimiento, garantizan que se arrepienta y se redima.
Tres importantes obras alemanas del siglo XX se hacen eco de Everyman -Hinkemann, de Toller; El hombre de fuera, de Borchert, y Los pirómanos/Incendiarios, de Frisch-, pero la escala sin precedentes de la matanza en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales cambió la visión de la muerte, mientras que en la Guerra Fría la destrucción nuclear, literalmente de todo el mundo, se convirtió en una posibilidad. Brian Murdoch rastrea la herencia de Everyman en las tres obras en términos de efecto dramático, cambios en la imagen de la Muerte y, especialmente, el problema de vivir con culpa existencial. La Muerte, ahora sobrealimentada, todavía tiene que ser enfrentada, pero Everyman tiene el problema más difícil de vivir con la conciencia de la maldad humana sin la posibilidad de salvación.
Las tres obras han tendido a ser consideradas en sus contextos históricos específicos, pero al verlas de forma menos rígida y como parte de una larga tradición dramática, Murdoch muestra que todas presentan un mensaje de significado duradero y universal. Plantean directamente al público teatral cuestiones no sólo sobre cómo afrontar la muerte, sino sobre cómo afrontar la vida.
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)