The Beatitudes: 13 Messages to Help You Reach Your Greatest Fulfillment as a Child of God
Las bienaventuranzas son un conjunto de afirmaciones que Jesús dio para todos los creyentes. En realidad, son el preámbulo de un mensaje más amplio conocido como el Sermón de la Montaña.
Ser pobre de espíritu es reconocer la propia pobreza espiritual, lo que nos permitirá conectar con Dios y disfrutar de Su reino. Llorar o darse cuenta de la propia miseria, abrirá las puertas para recibir el consuelo de Dios. Ser manso es el camino para conquistar la tierra. Tener hambre y sed de justicia es un prerrequisito para estar satisfecho. Mostrar misericordia permite recibir misericordia. Ser puro de corazón ayuda a experimentar la realidad de Dios. Ser pacificador es propio del carácter de Dios y muestra cómo ser hijo de Dios. Las personas del Reino pueden soportar la persecución por causa de la justicia, pues tienen grandes recompensas.
Cristo no pretendía que éstas fueran una serie de reglas que los creyentes debieran cumplir para recibir las bendiciones de Dios en el futuro, sino más bien una introducción a las características que las personas del pacto ya deberían estar practicando. El tiempo presente en cada una de las bienaventuranzas indica que deben estar presentes en el pueblo del Reino de Dios.
A menudo nos equivocamos al pensar que la promesa que conlleva cada afirmación es para el futuro en el reino celestial de Dios, en algún lugar del dulce porvenir. Ciertamente tendrán sentido para el futuro que Dios ha prometido, pero en Cristo Jesús el futuro ha llegado. Y en Él estamos llamados a vivir estas gloriosas afirmaciones. Así que, ¡vivámoslas y experimentemos la bondad de Dios aquí y ahora!
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Última modificación: 2024.11.14 07:32 (GMT)