La voz del conejo: Y el enfoque proactivo de la caza y la captura de pieles en el siglo XXI

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Título original:

The Voice of the Rabbit: And the Proactive approach to hunting and fur trapping in the 21st century

Contenido del libro:

A medida que el mundo se adentraba en el siglo XXI, la tecnología estallaba e irrumpía en los hogares de personas de todo el mundo. Con la explosión de la tecnología llegaron los centros de distribución, los vendedores, los teléfonos inteligentes, el aumento del tráfico y el incremento de los camiones de reparto a domicilio.

La gente del siglo XXI ha recurrido a las compras en línea por facilidad y comodidad. El problema de la facilidad y la comodidad es que crea problemas imprevistos.

La explosión de los centros de distribución y el aumento del tráfico están expulsando a las poblaciones animales de lo que han sido sus hábitats durante muchos años y obligando a los animales a salir a las carreteras, donde mueren cada minuto de cada día.

No todos los problemas del siglo XXI necesitan una solución tecnológica; algunas cosas no se arreglan con una aplicación. Algunas cosas siguen siendo básicas.

La caza y la captura de pieles son formas probadas de gestionar las poblaciones animales que muestran respeto por el animal, proporcionando una fuente de alimento o de material para los seres humanos que es la definición básica de orgánico.

En un mundo en el que la ropa está hecha de plástico y los zapatos ya no llevan cuero, los seres humanos descubrimos que ser desechables es una nueva forma de vida. Dependemos de los productos derivados del petróleo más de lo que creemos. Desde la ropa y los zapatos hasta las piezas de los coches y los muebles, el plástico nos rodea.

La caza y la captura de pieles proporcionan un valor a tantos animales que probablemente acaben atropellados en la carretera o enfermos.

Con el aumento de la construcción y el consumo de tierras, esto sólo ocurrirá con más frecuencia, y a menos que nosotros como personas actuemos -y actuemos pronto- millones de animales más van a morir y a ser desperdiciados en nuestras calles y carreteras.

Y eso me entristece de verdad.